domingo, 9 de septiembre de 2012

Not Over U - Oneshot (Ren, NU'EST Member) Part.1


-         -  ¿Qué edad tienen? – se escuchaba el sonido tosco de la pluma con la que rellenaba aquel historial médico –
-         - Yo tengo 17 – contestaba asustado el más pequeño de ambos – y nunna tiene 20 – tomando la mano de su chica con fuerza –
-          - Ambos sois menores de edad por lo que veo ¿Vuestros padres saben de esto? – levantaba la vista mientras acomodaba sus anchas gafas –
-          - ¿Qué deben saber? – contestaba confuso Minki mientras su nunna intentaba tranquilizarlo con un pequeño apretón en su mano – ¿Acaso nunna está enferma?
-          - Tu nunna presenta vómitos, nauseas, mareos, desmayos, tiene un gran apetito y  detesta algunos olores que antes los soportaba – apoyaba sus manos en la mesa para acercarse más a sus papeles – Decidme, ¿Habéis mantenido relaciones sexuales?
-          - Si –contestaba la mayor ante la palidez que presentaba Minki con la pregunta del médico –
-          - ¿Sin protección o con protección?
-          - Sin – movía sus piernas nerviosamente arriba y abajo por la incomodidad del momento –
-          - Entiendo – sacaba algunos objetos de la gaveta que ocupaba el escritorio – Las probabilidades de que estés embarazada es de un 75%, te realizaremos algunos test para saber si estas o no embarazada y en caso de que lo estés, debo avisar a vuestros padres
-          - ¡No por favor, no se lo diga! Por lo menos a los padres de Minki, a los míos no me importa que se lo diga, aceptaré su castigo pero a los de él no…- miraba a su dongsaeng que seguía sin reaccionar –
-          - Ven conmigo, iremos a hacerte las pruebas – levantándose seriamente de la silla –
-          - ¿Pu-puedo acompañarla? – tomando el brazo del doctor – Por favor, quiero estar con ella
-          - Como gustes – concluía saliendo de la sala –

Todo había empezado unos meses atrás. Nunca había sentido atracción por una de sus nunnas, simplemente les guardaba el afecto de hermano menor a hermana mayor; pero con ella había sido distinto. Tenían una gran amistad, siempre lo apoyaba en todo, en sus actuaciones incluso cuando sus novias lo dejaban, ella estaba ahí para hacerlo sonreír. Pero las semanas pasaban y para el se había vuelto una necesidad recibir continuamente esos besos en la mejilla y esos abrazos, solo que ahora deseaba besar sus labios. Como cualquier dongsaeng tenía miedo a ser rechazado, su nunna era muy hermosa y tenía un gran talento, muchos de sus hyungs darían lo que fuera por llegar a tener una cita con ella; en eso él era privilegiado, no necesitaba citas para estar con ella, simplemente marcaba su número y su nunna le abría las puertas de su departamento y lo invitaba a pasar. Quizás aquella necesidad habría desaparecido sino la hubiera aumentado aquella noche de invierno. Minki estaba molesto con Baek-ho por una pequeña broma que le había hecho, se llevaba muy bien con él pero a veces sus bromas se tornaban insoportables, como la de aquella vez. Aunque sabía que no lo había hecho con intención de dañarlo, su orgullo no le dejaba ver más allá de su pequeña nariz, así que sin pensárselo metió algunas prendas en su mochila preferida y abandono el departamento del grupo para visitar a su nunna

-         - Dongsaeng~ - le susurraba al menor para que no escuchara su conversación el doctor – Si estoy embarazada, no te preocupes por nada, tu no has tenido culpa ¿si? – tomaba el mentón del menor para besar su mejilla – Acarrearé yo con las consecuencias Minki-Boo

Costaba responder a su propuesta, no estaba en sus planes aun tener hijos, apenas llegaba a los 17 y comenzaba su carrera musical. No le disgustaba la idea de ser padre tan joven, debía ser hermoso aquel sentimiento pero sus progenitores no estarían de acuerdo, ni tampoco la compañía, cuando llegaran a sus oídos que una de sus bailarinas estaba embarazada de él los echarían a ambos; y a pesar de que no quería abandonar su carrera tampoco quería perder la oportunidad de poder sentir la paternidad si es que su nunna realmente estaba embarazada

El médico nos guió hasta una sala con una luz muy brillante que cegaba mis ojos, era bastante espaciosa y tenía unas cortinas color caramelo además de una camilla cubierta con una sábana verde. Nunna se recostó  como le habían indicado, se veía nerviosa y preocupada, mis manos automáticamente tomaron su rostro para darle un pequeño beso en los labios, yo mismo me sorprendí de mi acción, en cuanto a demostrar mis sentimientos era bastante tímido y reservado pero en aquel momento solo pensaba por el bienestar de mi nunna, y parecía que aquel beso nos había relajado a ambos

-          - Todo estará bien nunna~- retirando un mechón de su rostro para colarlo detrás de su oreja –
-          - Le haremos primero una ecografía y luego le tomaremos unas pruebas de orina y sangre – retiraba parte de la camiseta de la chica dejando a la vista su abdomen – Tu también debes presentarte a las pruebas – rociando un gel viscoso en su vientre, tensando parte de sus músculos por el frío, girando un pequeño aparato eléctrico en él –
-          - ¿Está muy frío nunna? – acariciaba con cuidado la frente de la mayor, dejando pequeños besitos en la mano que sostenía –
-          - Está bien, no te preocupes – respondía con una sonrisa algo tímida -
-          - Por favor, colóquese la ropa – retirando con una toalla húmeda la crema de su vientre a los pocos minutos – Cuando termine venga por aquí para hacerle las demás pruebas

Lo había recibido con un beso en la mejilla y un caluroso abrazo, acompañado de un tono de voz preocupado al ver su mochila con sus cosas. Su nunna estaba acostumbrada a los múltiples enojos que tenía su dongsaeng con sus compañeros de grupo, Minki no era alguien fácil de tratar, cambiaba de humor rápidamente y a veces incluso era difícil descifrar que le pasaba por su pequeña mente. Habían dado las nueve de la noche, había estado unos 5 minutos detrás de la puerta del baño que lo separaba de su nunna, la cual tomaba una ducha tranquilamente. En realidad no entendía que era aquel impulso que le incitaba a abrirla y observarla bajo el agua, la conocía desde mucho y jamás había despertado aquella curiosidad en él ¿quizás se estaba convirtiendo ya en adulto? El plástico opaco de la ducha no le dejaba ver demasiado pero aun era visible su silueta difuminada bajo aquellas gotas transparentes, involuntariamente se mordió su labio inferior, quería entrar un poco más y verla desde cerca

Estaba tan concentrada en relajar su cuerpo que ni siquiera noto su presencia pero aquella simple curiosidad que tuvo en un principio se había tornado a deseo y excitación, inconscientemente se desvistió dejando nada más en su cuerpo aquellos boxees rosas que tanto le gustaban. Rio ante su reacción, seguramente se sentía demasiado apenada al estar desnuda delante de él sin nada que la cubriera pero para él era más que innecesario aquella ropa. Aquellas caderas bien delineadas se apegaron a los mosaicos fríos de la ducha, el jabón recorría cada milímetro de aquella piel bajo la atenta mirada de Minki que no dejaba de observar a su nunna asombrado, nunca había podido imaginar como era su cuerpo realmente, siempre estaba cubierta hasta arriba y el verla de repente sin un trozo de tela que la cubriera, simplemente lo asombraba

-          - Solo un pinchazo más y terminamos – sonreía la enfermera de turno mientras humedecía la zona donde le extraerían sangre al menor –
-          - No me gustan las agujas – expresaba con sus ojos aguados –
-          - Minki-boo~ - tomaba el rostro del pequeño para que la mirara fijamente, aprovechando la enfermera su distracción –
-          - Ahh~ - se quejo – Nunna, nunna duele~ - se mordía el labio reteniendo las lágrimas que se escapaban sin querer –
-          - Tranquilo Minki-boo – apoyaba su cabeza entre sus pechos – Solo es un pinchazo bebé, ya casi pasa – acariciaba con ternura su cabello rubio dejando varios besos en él –
-          - Ya está pequeño – sonreía la enfermera poniéndole una curita de poporo en su brazo – Te dejaré un momento con tu nunna para que te calmes y sigamos con las pruebas – se retiraba cerrando la cortina color esperanza que los separaba de la oficina del doctor –
-          - ¿Te duele mucho Minki- boo? – abraza aun con fuerza al más pequeño – Perdóname, no estarías aquí si no fuera por mi culpa – confesaba con un deje de tristeza en su aterciopelada voz –
-         - Un beso me quitaría el dolor – mostraba infantilmente un puchero mientras secaba las lágrimas que aun quedaban en sus mejillas –
-          - ¿Un beso? ¿Quieres un beso Minki- Boo? – besando su pequeña nariz y luego bajando hasta sus labios gruesos –

Sus dedos cobraban vida a medida que delineaban la perfecta figura de su nunna. Sus manos inocentes y primerizas recorrían cada rincón de su cuerpo, sacándole varios gemidos a la mayor que solo hacía excitarlo más y animarlo a continuar ¿Podría llegar más allá? ¿Sería capaz de ver a su nunna como una mujer y no como a una hermana mayor? Con miedo se acercaba hasta sus labios, aquellos que tantas veces había besado por simples juegos de adolescentes pero que ahora quería probar. Ese sabor adictivo que le hacía sentir descargas eléctricas en su cuerpo aun seguía en su paladar, el mismo beso que lo había llevado aquella noche a entregarle su virginidad a su hermana mayor y a la chica de la que posiblemente ahora esperara un hijo

-          - Los resultados estarán dentro de dos semanas – cerraba la carpeta finalizando las pruebas que añadiría a aquel expediente médico – Sus padres serán convocados al mismo tiempo que ustedes para dárselos
-          - Pero yo le dije que no los llamara- protestaba la mayor –
-          - Lo siento, pero es mi deber llamar a sus progenitores ya que ambos son menores de edad – finalizaba saliendo de aquel despacho en silencio con un portazo por final -


Naega Michyeogayo (Me estoy volviendo loco) - Capítulo 40


-         -  Un poco más a la derecha hyung!! – decía Seung Ri mirando desde lejos la letra que intentaba pegar en la pared Tae Yang –
-         - ¿Aquí esta bien? – miraba indeciso a su compañero–
-         - ¡¡Así no hyung!!  Más a la izquierda – ponía sus manos delante de sus ojos para encuadrar las letras –
-         - ¡¿Pero no era a la derecha?!
-         - ¡¡Hyung!! ¡¡Hazme caso!! A la izquierda – cruzándose de brazos mientras su compañero volvía a la que hacía – No, no, no, no ¡¡A la derecha hyung!!
-          -¡¡LEE SEUNG HYUN!! – gritaba Taeyang desorientado –

Hyung se había levantando hoy de mal humor, solo quería que las letras quedaran rectas (*quejándose*) Quizás no fue buena idea pedirle ayuda al lobo enojón para la sorpresa de unnie y Ji Yong, Tae Yang solo hacía meterse conmigo últimamente desde que hyung ya no estaba en el grupo (*suspira*) Jamás me dejarán tranquilo, seré maltratado por mis hermanos mayores eternamente…
Desde hacía unas  semanas sabíamos que el juicio se haría el mismo día que se celebraba el aniversario de la relación de hyung y unnie, 3 años de noviazgo. D-Lite se veía preocupado desde entonces, Ji Yong estaba más triste y decaído de lo normal cuando le dieron la fecha del juicio, o eso nos decía Daesung, él era el único con el que hablaba. Entendía la situación por la que pasaba Ji Yong, todo le había venido de golpe, lo de la cárcel, recuperar su familia, el nacimiento de mi sobrina, el secuestro; eran muchas cosas para una sola persona, pero no aceptaba que no nos permitiera ayudarlo, éramos amigos y sobretodo hermanos, solo queríamos ayudarlo a llevar el peso de la situación pero  él como cabezota que era se negaba rotundamente (*enojado*) Maldito dragón…nunca cambiará, espero que unnie le dé un buen escarmiento cuando se casen…

¡¡Pero Lee Seung Hyun no se iba a quedar de brazos cruzados!! Podía ser el maknae y por consiguiente pensaríais que soy revoltoso y a veces actuó sin pensar, en cierto modo tenéis razón, pero también soy persona y tengo corazón. Hyung desde que éramos trainers siempre me ayudo en todo sin pedirme nada a cambio y quería devolverle el favor, así que con ayuda de mis hyungs y mi magnifica mente le preparamos una pequeña sorpresa: una boda secreta. No sería una boda por todo lo alto como la hubiera deseado hyung, más bien algo íntimo y solo con familiares, BIGBANG y la YG; pero que mejor regalo que su boda por el aniversario, seguro JiYong se pondría muy feliz al igual que unnie (*sonríe triunfante*) Lo sé, no me lo digáis, soy magnífico (*ríe*)

-          - ¿Me quieres hacer caso maknae? – decía Daesung alzando un poco la voz para hacerse de notar –
-          - ¿Ah? Perdón hyung, estaba distraído – revolviendo su cabello –
-          - Te decía que tenemos un problema, desconocemos los familiares y amigos de unnie – suspiraba mientras miraba la lista de invitados – No sé como haremos para avisarles de  la boda…
-          - Debe haber alguna amiga de unnie que nos pueda ayudar..¿ y noona? ¿Qué pasa con ella? – esperanzado –
-          - Noona viajó a su país hace unas semanas por problemas familiares, así que ya no nos queda nadie
-          - Mmm…entonces solo queda averiguarlo, tenemos que sacarle información a unnie sin que ella se dé cuenta – poniendo la mano en su mentón --
-          - ¿Y a quien mandarás? Sherlock Panda – reía – Si vamos tú o yo, unnie sospechará, es muy buena deshaciendo tus planes
-          - Hyung TOP – mirándolo fijamente –
-          -¡¿YO?! – alzaba la voz -- ¿¡Y porque yo!? –apareciendo al lado de los dos –
-          - Si va Tae Yang sospechará y le dirá a hyung Ji Yong, si va Daesung o yo nos descubrirá, unnie nos conoce demasiado bien -- suspira -- pero a ti no,de ti jamás sospecharía, es difícil saber como actuarás además la ayudaste mucho cuando hyung estaba en la cárcel, confiará en ti sin dudarlo
-         - Pero yo no sirvo para mentir  -- se quejaba una y otra vez –
-          - ¡¡Hyung por favor!! – haciendo aegyo –Hazlo por mi ~
-          - ¡¡Por ti jamás lo haría panda!!
-          - Hazlo por la felicidad de unnie y Ji Yong, hyung – intervenía en la conversación Tae Yang – Le debemos un favor , siempre a cuidado de nosotros, es hora de devolvérselo
-          - Tiene razón hyung, ¿acaso no quieres ver feliz a unnie y a hyung? ¿y a Jia? – completaba Dae Sung –
-          - Vale vale, esta bien – acomodándose en el sillón para cruzarse de brazos  – Lo haré pero no prometo nada – mirando a sus compañeros -- ¿Qué es lo que tengo que hacer?
-          - Muy bien hyungs, mi maléfico plan es este…-- se aclaraba la voz –


-          - Hemos terminado Señor Kwon – concluía el inspector guardando los expedientes – Preséntese mañana en el juicio a la hora indicada
-         - Entonces ¿Ya está todo? – preguntaba aun nervioso –
-     - Si señor Kwon, por favor tranquilícese, tenemos todas las de ganar, Kim ha incumplido muchas leyes y recibirá un buen castigo por ello
-          - Aun tengo miedo…-- suspiraba enterrando su cabeza entre sus manos –
-         - No tiene porque – ponía una mano en su hombro – Preocúpese de su prometida, ella será la que lo pasará peor, necesitará todo su apoyo
-          - Muchas gracias inspector – levantándose de la silla mientras estrecha su mano con la de él – Gracias por su ayuda
-          - Ha sido un honor Señor Kwon, nos vemos mañana en el juicio – despidiéndose con una reverencia –
-          Hasta mañana..

Nervios, nervios y más nervios. Mi barriga me dolía demasiado, mañana era el juicio y a pesar de que sabía que ganaríamos seguía sintiéndome extraño, inseguro diría yo, había algo que me traía inquieto

-          - Ji Yong, ¿estas bien? – preguntaba mientras sostenía en brazos a la pequeña Jia –
-       - Si amor, no te preocupes – besando su mejilla – Solo estoy algo nervioso por lo del juicio, eso es todo – sonreía –
-         - No pienses en eso ahora  Ji Yong-ah – entregándole a su hija para robarle un beso – Todo estará bien, lo sé – pellizcando su nariz – Mejor paseemos un poco ¿Qué tal al parque?  hace mucho que no nos llevas
-          - ¡¡Paqe Paqe Paqe!! – repetía la pequeña mientras daba palmas –
-         -  Esta bien –reía—Si os ponéis asi las dos no me puedo oponer – rodeando la cintura de su prometida -


Rosas Azules - Capítulo 10




La noche paso extrañamente lenta. Miraba el paisaje boscoso desde la alcoba de su ventana, su hyung había salido en la noche a cazar así que no tenía que sentarse a esperarlo, sabía por costumbre que llegaría al amanecer, justo cuando el sol empezara a asomar por el horizonte. Ji  Yong desconocía en que lío se había metido, si Absidian había muerto como él había dicho, Ivory no descansaría hasta que él y Haeri estuvieran bajo tierra
 El clan de los Ventrue era una raza de sangre azul, o por lo menos ellos se definían así, si se les situara en la época medieval  serían una especie de corte o nobleza; gente con poder. Eran seres muy refinados,  con grandes modales, extremadamente delicados a la luz del sol, un vampiro normal podía mantenerse como máximo 2 segundos frente al sol antes de convertirse en cenizas, pero los Ventrue apenas en 1 segundo ya estaban desintegrados; aristócratas sin dudarlo, como las antiguas tribus mantenían el poder en un rey elegido por los súbditos, pero si este incumplía las normas del clan, era rápidamente asesinado por sus séquitos; lo único que no tenía límites para ellos era su sed insaciable, eran completamente despiadados a la hora de buscar sangre humana con la que alimentarse, no reparaban en la edad de la víctima, simplemente se dejaban llevar por sus instintos asesinos y mataban a aquel que se les interpusiera en su camino con tal de alimentarse; y a la hora de la lucha, simplemente era mejor no encontrarse con uno de ellos. El clan de los Hunters se pasaban los años formándose para la gran batalla, la que en este caso acababa de desencadenar la muerte de Absidian. Los grandes señores del consejo no tardarían en reunirse y declarar la guerra a su clan por la muerte de uno de los suyos, y aún más cuando se dieran cuenta de que ahora Ji Yong no estaba solo, sino que pertenecía a los Hunters, su eterno rival, pero eso era otra historia aparte. No podía asegurar cuanto tiempo tardaría aquel proceso, puede que días, semanas, meses o incluso años, pero estaba seguro de algo, tarde o temprano llegaría el momento
El reloj de cuco de la pared marcaba las 6 de la mañana, hora del entrenamiento. Se bajo con rapidez de la alcoba y se puso sus botas, hoy sin duda sería un día monótono y agotador; seguir a su hyung casi las 24 horas del día no era un plan muy animado para Deuk
-          ¿Ya es hora de ir a entrenar? – decía Don apareciendo de la nada, recostándose en su cama – Mi espalda…- se quejaba -
-          Si, hoy nos toca entrenamiento en el sur – sonreía mientras miraba a su hermano -
-          ¿Trabajaréis la resistencia? – poniéndose sobre sus codos – Es una pena perderse ese espectáculo  
-          Tú y tus bromas – guardaba algunas cosas en su mochila – hyung, recuerda que debes cuidar de Haeri mientras Ji Yong y yo estamos en el entrenamiento
-          En mi otra vida tuve que ser un ladrón para recibir tal castigo – tapaba su rostro con sus manos – Lo sé, lo sé, no hace falta que me recuerdes que debo estar de niñera de la chica humana – bufaba -
-          Ya debo irme hyung, nos vemos luego – atravesando la habitación con rapidez y sigilo  –
-          Deuk – lo llamaba su hermano –
-          ¿Si hyung? – retrocediendo unos pasos –
-          No te enamores de ella -observándolo con detenimiento –
-          No lo haré hyung – cerrando la puerta a su espalda – Oh! Ji Yong! – sorprendido – Pensé que dormías aún
-          Estoy despierto desde anoche, recuerda que nosotros no dormidos – escondiendo sus manos en su abrigo –
-          Cierto – avergonzado – Bueno, ¿estás listo para empezar con el “entrenamiento”? – poniendo entre comillas la última palabra –
-          Listo – respondía con firmeza –

¿Hasta qué hora dormiría la humana? ¿Hasta las nueve? ¿O quizás sería una de esas chicas perezosas que descansaba hasta altas horas del día? La noche anterior había saciado su sed así que no tenía porque preocuparse de nada, además, él era un vampiro formado, Don ya había pasado el entrenamiento y estaba listo para ser un guerrero. La sangre de los humanos no lo intimidaba, lo habían enseñado a contenerse las ganas de matar desde hacía tiempo pero aun así fue a cazar, no quería arriesgarse a una situación comprometedora. La llave giró lentamente en el agujero de metal, abriéndose con lentitud la puerta que unía las dos habitaciones, Haeri aun dormía así que se recostó en uno de los sillones que adornaban la habitación y se puso a mirar fijamente el techo de la sala hasta que despertara ¿Cuánto había pasado? ¿Un mes? ¿Dos meses? Hacía mucho que Lilith no aparecía por la fortaleza, no había tenido noticias de ella en varias semanas, le preocupaba que su amiga pudiera estar en algún aprieto, aunque sabía que ella era una vampira que no se metía en asuntos de otras personas, más bien era de las que preferían mantenerse al margen y no opinar. Aún no había podido hablar correctamente con Deuk sobre Ji Yong y la historia que había detrás, Lilith les había pedido que lo ayudara, era extraño en ella, muy extraño en una chica con un temperamento como él de ella, a veces era bastante fría y despiadada pero Don mejor que nadie sabía que aquello era simplemente una apariencia más para ocultar lo que realmente era
-          Buenos Días – lo miraba sentada desde la cama - ¿Llevas mucho esperando? – bostezando-
-          Acabo de llegar – sin dirigirle la mirada – Levántate, es hora de desayunar – incorporándose algo dolorido del mueble –
-          ¿Estas bien? Tienes mala cara – tono preocupado- ¿Necesitas algo?
-          Solo levántate y vístete, te espero fuera – desvaneciéndose – No tardes
El eco resonó en aquellas paredes de piedra envejecida, la humana aparecía delante de sus ojos con un aspecto que no había podido apreciar la noche anterior, ojos grandes, pero castaño oscuro, nariz pequeña y piel algo morena, le sería difícil integrarse entre los de ellos y más aun hacerla pasar por un vampiro si se dieran circunstancias peligrosas e inesperadas. Sus pasos seguían los de Don, los humanos se alimentaban de comida no de sangre, él había perdido el hábito de cocinar hace unos 10 años así que su ayuda no servía de mucho; además, el jamás había sido bueno en la cocina, siempre había sido Deuk el que se preocupaba por la alimentación de los dos. La capa negra cubrió el cuerpo de chico, la llevaría a casa de su ahjumma. Era la anciana más mayor del clan, una de las veteranas del consejo; vivía sola, bastante apartada de los demás vampiros, según la mayoría era una especie de bruja o maga convertida en un hijo de la noche

-          ¿Ahjumma? ¿Estás en casa? – retirando hacia un lado la tela que tapaba la puerta – Soy yo, Don
-          ¡Donnie ~! – dijo apareciendo una mujer de mediana edad – ¿Cuando pensabas visitar a esta pobre ahjumma? – acariciando sus mejillas – Estas delgado jovencito, ¿estás comiendo bien?
-          Si ahjumma, no te preocupes, estoy bien – retirando las manos de su rostro -  Te traigo una pequeña sorpresa – girando sobre sus talones – Te presento a Haeri – rodándose un poco para que la viera –
-          ¿¡Una humana!? – alzando la voz - ¿¡Qué hace una humana en mi casa?!

martes, 4 de septiembre de 2012

Naega Michyeogayo (Me estoy volviendo loco) - Capítulo 39



-          - Señor Kwon, tranquilícese – me decía el médico poniendo una mano en mi hombro – Solo ha sido una pequeña descompensación, las medicinas que les recetamos son demasiado fuertes para su cuerpo , ahora mismo le bajaremos la dosis para que no haya más sustos como este
-         - ¿Está seguro de que es solo eso? – aún asustado y nervioso –
-         - Por supuesto, ahora cálmese, ya debe haber despertado – levantándose del sillón que había en el pasillo del hospital – La revisaré un momento y luego ya podrá pasar a verla

El alma me volvió al cuerpo al instante. Si le llegaba a pasar algo me moriría, no podría soportar perderla una tercera vez, si tres, incluso llevaba la cuenta. La primera fue cuando entré en la cárcel, la segunda cuando la boda y está casi era la tercera vez que la llegaba perder, por suerte no pasó a mayores y solo fue un pequeño susto pero si esta vez ella me hubiera abandonado, no hubiera sabido que hacer…


-          - Ji no tienes porque quedarte a cuidar de mí, estoy bien – le decía mientras jugaba sobre la cama con Jia –
-          - No pienso dejarte sola amor, no quiero que te pase nada en mi ausencia – se acomodaba en la cama para jugar con el sonajero de nuestra hija – Quiero quedarme con vosotras y encargarme yo mismo de vuestro cuidado
-          - Pero oppa tienes mucho trabajo que hacer en la empresa – le arrebataba el sonajero de sus manos –
-          - Ya me he encargado de eso – quitándole el sonajero y tirando de ella hasta caer acostada en sus piernas – Dae me revelará por estos días
-          - Pero…- impedía con su dedo que hablara – Y CEO está de acuerdo con que me quede con vosotras y más con el susto de hace unos días, así que no se hable más, me quedaré aquí y no iré a ninguna parte

No me gustaba que Ji Yong faltara a sus deberes por mí (*suspira*) y mucho menos que se quedara cuidándonos. Debí de haber dejado de tomar las pastillas cuando empecé a sentirme mal, tuve algún que otro mareo y algunos vómitos cuando las comencé é a tomar. Gracias a dios Dami me ayudo a ocultarlo de Ji Yong, creímos que sería una enfermedad pasajera, como un pequeño virus, así que veíamos algo absurdo asustarlo por una tontería como aquella o por lo menos eso creíamos las dos

FLASBACK

-          - ¿Seguro que estarás bien si me voy un poco antes? – preguntaba Dami con preocupación en su voz –
-          - Claro que sí unnie, Jia y yo estaremos bien – le decía mientras amamantaba a mi hija – No te preocupes
-          - Es inevitable no hacerlo, no me gusta dejaros a solas y menos cuando están bajo mi responsabilidad mi familia y la de mi hermano – acaricia la cabeza de Jia – Si Ji Yong se entera de esto me matará
-         - No te preocupes no le diré nada unnie, será nuestro secreto – contestaba sonriente -
-         - Gracias – suspiraba -

Unnie tenía que marcharse hoy temprano, al parecer un diseñador importante requería de su ayuda para el vestuario de una pasarela a la que asistiría dentro de unas semanas en París. Se veía realmente preocupada al decirme que se iría más temprano que otros días, seguramente Ji Yong la había amenazado con algo (*pensativa*) Desde lo pasado con Kim, Ji está muy protector con nosotras, no nos deja ni a sol ni a sombra. Cuando no nos cuida Dami viene ommoni  incluso en algún caso a llegado a venir alguno de los chicos a cuidarme en sus días libres con la excusa de que ya no nos veían muy a menudo, por lo tanto jamás estábamos solas

Aquel lunes me sentía igual que siempre, algo mareada por los medicamentos pero no era nada de lo que preocuparse, mi cuerpo ya se había acostumbrado a esos decaimientos después tomar las pastillas que me receto el médico. La verdad es que no había nada anormal, solo aquel dolor que se había hecho presente un tiempo atrás. Desde hacía unas semanas  me habían empezado a doler las costillas, no sabía el porqué, solo sentía como si me clavaran miles de cuchillos en mi costado derecho, dolía demasiado, no podía evitar retorcerme de dolo a veces solo que no debía hacerlo en frente de Dami y Jia, así que me escondía en el baño por algunos minutos hasta que el dolor pasara. Esa mañana volvieron de nuevo los dolores, así que una vez más los tuve que disimular, mi cuñada no podía sospechar que me encontraba mal, sino avisaría a Ji Yong y no quería interferir de nuevo en sus actividades en la empresa, me hacía sentir inútil el que estuvieran pendiente de mi las 24 horas del día

-          - Ya me voy – poniéndose sus zapatos – Ji Yong llegará en dos horas, estaré aquí antes de que él vuelva a casa – colocándose su chaqueta – Si necesitáis algo o Ji Yong aparece antes, llamadme por favor
-          - Tranquila, lo haremos – acercándose hasta ella con la silla de ruedas y Jia sentada en su regazo –
-          - Adiós sobrinita – besaba la mejilla de la pequeña – Cuídate cuñadita, no tardaré en volver
-          - Adiós unnie

Jia y yo jugamos un rato a dar vueltas con mi silla de ruedas por el salón. En tan poco tiempo me había acostumbrado rápido a manejarla, no es que hiciera malabarismos con ella (*reía*) pero me podía mover con soltura por la casa. A mi pequeña le encantaba cuando jugábamos así y la verdad es que haría cualquier cosa por sacarle una sonrisa a mi bebé. Dejé un momento de moverme, me empezaba a marear de dar tantas vueltas, así que llevé a Jia hasta su cuarto y la dejé jugando en su mantita mientras yo leía un libro. Apenas llevaba unos minutos leyendo y ya se me hacía raro no escuchar a mi pequeña, últimamente solo había pronunciar sílabas y vocales sin sentido pero esta vez estaba demasiado callada, bajé el libro asustada y no la vi en su manta

-         - ¿Jia? Cariño ¿Dónde estás? – buscándola asustada con la mirada por toda la habitación -
-         - ¡¡Ommaa!! ¡¡Omma!! – se escuchaba llorar fuera de la habitación –¿Jia donde estás? –angustiada – Mi amor  ven con omma

Me comenzaba a poner nerviosa. Estaba inmóvil, un juguete estaba atascado en la rueda de la silla y el dolor en mis costillas aumentaba cada vez que forcejeaba por moverme, apenas podía respirar.  Seguí llamando a Jia pero ella no venía con la poca voz que me quedaba, la escuchaba lejos, quizás estaba en el salón o en el dormitorio, no lo sabía, de verdad que no lo sabía, solo quería salir a buscarla y no podía por aquel estúpido aparato (*solloza*) La escuchaba llorar una y otra vez, me estaba volviendo loca, así que opte por una única opción, intentar caminar hasta ella.  Usé todas mis fuerzas y puse el peso de mi cuerpo en mis manos y me erguí, poco a poco conseguía ponerme en pie, milímetro a milímetro estaba más cerca de conseguir mi meta, hasta que un fuerte dolor en mis costillas hizo que perdiera la concentración y el equilibrio, desapareciendo el color de los objetos que habían a mi lado para convertirse en un paisaje blanco

FIN FLASBACK 

What Can I Do? - Capítulo 10



Miraba con gracia como Ari llevaba todo el viaje en autobús cabeceando por la falta de sueño. Aquellas montañas estaban un poco lejos de la capital, a aproximadamente dos horas de la estación principal, el viaje era largo y tedioso, sobretodo lento ya que iban en un transporte público. Con cuidado desabrocho el cierre de su mochila y colocó una manta sobre los hombros de su amiga que al sentir aquel trozo de tela afelpado y suave cayó dormida en el cristal, siendo rápidamente acomodada en el hombro de Elette para que no se dañara sus cervicales. Unió su cabeza con la de ella y tiro un poco de aquella manta buscando algo de calor, a Elette también empezaba a ganarle en sueño pero aquellos pensamientos en su pequeña mente no la dejaban descansar ¿Qué debía hacer con Min Woong? No quería abandonarlo a su suerte para ella era también importante pero sobre todo para su amiga, si no le diera un hogar jamás se lo perdonaría; su mamá tenía un gran corazón pero desconocía porque sentía tanto miedo al rechazo, su hermana aun era muy pequeña, el sueldo de su madre era el justo para mantenerlas a las tres, un bebé necesitaba muchos cuidados, aun recordaba los primeros años de vida de Nerea, bueno, tampoco es que fuera muy difícil olvidarlo, la infancia de la pequeña también había sido marcada por una situación parecida a la de Ari, solo que ellas se había decidido a dar el paso y buscar la libertad, a diferencia de su amiga, que solo buscaba la oscuridad y sus colores complementarios

Aquellos recuerdos lejanos le traían dolor de cabeza, hace mucho que los había enterrado bajo tierra pero aquella situación hacia que afloraran de nuevo como un juguete que hundías en el agua y volvía a la superficie instantáneamente. Ari necesitaba mucho coraje y valor para salir de aquella situación en la que estaba envuelta pero si ella no ponía de su parte jamás saldría de aquel infierno, solo seguiría condenándose aun más a vivir aquel martirio. Los pasajeros se iban desvaneciendo a lo largo del trayecto, aquellas montañas habían quedado en el olvido hace años, puede que quizás durante la época de su niñez, los parques de nieve habían sustituido a aquel elemento natural, las pistas de patinaje, las estaciones de esquí, uno a uno fomentaban el abandono de aquel lugar, apenas era visitado, quizás por algún borracho que se perdiera en su trayecto a casa o algún desenamorado que iba a ahogar sus penas en aquel paisaje blanquecino. Con un gran estruendo las ruedas del autobús frenaron en seco mostrando la última parada del viaje, Ari algo adormilada se despedía con una reverencia del conductor que las despedía con una sonrisa extraña, probablemente por el lugar en el que se encontraban

-         - Este lugar me suena…- rodeaba su cuello con una bufanda rosa de punto que le había regalado su mamá hace unos años atrás, en su 12 cumpleaños - ¿Dónde estamos Elette?
-         - ¿No lo recuerdas? – daba calor a sus manos heladas – Me diste mucho la lata cuando rompí tu botito lleno de nieve derretida – encogiendo sus hombros para delinear una sonrisa divertida ante la cara de asombro de su compañera –
-         - Es aquí…-miraba con detenimiento la nieve que mojaba sus botas sucias – Aquí es donde te conocí – se ponía de rodillas para tomar un poco de aquella sustancia blanquecina -
-          -Y donde por primera vez me llamaste tonta, aun me sigo sintiendo ofendida cuando lo recuerdo – dejándose caer a su lado –
-         - Estaba tan enojada porque rompiste mi bote, recuerdo que había escondido nieve dentro de él para ponérselo aquella noche en el árbol a Papá Noel – sonreía tontamente mientras veía delante de sus ojos lo que pasó tiempo atrás –
-          -¿Al final que hiciste? ¿Tomaste más nieve? – algo curiosa –
-          -No, mi padre se enojó mucho cuando me perdí por ir a jugar, esa noche me castigó y me dejo sin cenar – mirando a Elette – Creo que fueron las primeras navidades en las que no recibí regalos – con desilusión – En aquella época pensé que Papá Noel se había resentido conmigo por no llevarle el bote de nieve, juraría que algunos días estuve maldiciéndote por haber roto mi regalo
-         - Ahora lo entiendo en todo, los días siguientes sentí un fuerte dolor de cabeza, seguramente fuiste tú – lanzándose encima de ella – me hiciste magia negra, mala amiga
-         - ¡¡Elette!! ¡¡Annio ~!! – reía sin parar – Jamás lo haría, solo era una niña, perdóname, espero no me guardes rencor por haber actuado así
-         -  Lo sé, no te preocupes, además creo que yo también te debo pedir perdón – dejando de hacerle cosquillas - ¿Te acuerdas el día que nos encontramos en el parque? ¿Cuándo aquella pelota golpeo tu cabeza? No fue por error, la tire a posta, aun te guardaba rencor por haberme llamado tonta – apenada por la confesión que tanto tiempo había guardado – Lo siento

En el fondo siempre supo que aquella pelota no podía haber sido lanzada sin querer con tanta fuerza, los siguientes días su mamá estuvo enfriando un pequeño bultito que se formo en su cabeza al recibir el golpe, en aquel momento pudo notar la rabia que guardaba la pequeña Elette, a veces su amiga era algo rencorosa y cabezota pero era de buen corazón y sabia pedir perdón cuando era necesario, amaba la cualidad de su amiga, probablemente porque ella misma no la poseía, por miedo había adoptado la costumbre de pedir perdón por cualquier motivo como si la vida fuera en ello y a veces delataba un poco su miedo a los golpes, pero no había nada que no pudiera tapar algunas mentiras piadosas, a fin de cuentas la gente dejaba de darle importancia a aquellos detalles que eran tan importantes, quizás costumbre o quizás pereza

Libre. Sentía libertad en aquel lugar, a pesar de que había un pasado y una historia guardada en aquellas montañas, la sensación no desaparecía. Era como si volviera en el tiempo, cuando aún era niña, cuando sus pies aun eran muy pequeños para correr rápido por la nieve y solo alcanzaban a dar saltos para moverse por aquel blando suelo, solo que ahora no había nada ni nadie que la cohibiera de sus sentimientos, allí solo estaban ella, Elette y la naturaleza, nadie más, ojala pudiera existir algún momento de su vida en el que su madre y ella pudieran vivir así, libres y sin temor a una nuevo mañana

-         -  Elette –parando de hacer un ángel en la nieve - ¿No deberíamos volver? Comienza a hacer mucho frío
-         - Vayamos a la parada y miremos los horarios de los autobuses, quizás todavía no ha salido el último
-         - ¿A qué horas salía el último? – tirando del reloj que estaba oculto en el fondo de su chaqueta –
-         - Mmm…- pensativa – Creo que a las 8 en punto, ¿Qué hora es? – curioseaba el aparato electrónico de Ari –
-        - Las 8 y media  - encontrándose ambas con la mirada -


Rosas Azules - Capítulo 9



-          ¡¡Amor, detrás de ti!! – tirando de ella hasta apegarla a su pecho, cubriéndola con su abrigo negro –
-          ¿Quién eres tú? – preguntó el joven que acaba de aparecer -¿Y qué haces en nuestro territorio? – algo molesto –
-          Soy Ji Yong – abrazaba a la chica con fuerza –Estamos buscando un sitio donde pasar la noche, nos hemos perdido en el bosque – se excusaba - ¿Y tú eres…?
-          Soy Kwon Young Don – aun a la defensiva – No pareces de por aquí, no pertenecerás al clan de Ivory ¿verdad?
-          No y créeme que tampoco tengo ganas de serlo, estoy solo
-          ¿Y quién es la humana? –mirando a la chica - ¿Quizás la víctima para hacer algún trato? – relamiéndose –
-          Es mi novia, se llama Haeri – poniéndola detrás de su espalda – Y no es ningún aperitivo
-          Ji Yong…tengo miedo – asustada se abrazaba a su cintura –
-          Tranquila amor, no pasará nada – acariciaba sus manos mientras le sonreía -
-          Qué pena…- mueca de disgusto – Podías haberme ahorrado la cena de hoy
-          ¡¡Hyung!! ¡¡Hyung!! ¡¿Hyung donde estas?! – se escuchaba a lo lejos un voz agitada –
-          Estoy aquí Deuk – en un tono relativamente bajo – Ven a ver esto, tenemos visita – se cruzaba de brazos –
-          Te he estado buscando por todas partes, el jef….- se calla – Oh! Tu debes ser Ji Yong y ella tu novia ¿verdad? – sonriente se acerca hasta ellos pero inmediatamente se aleja – Aghh ~ Perdonadme, pero me costará acostumbrarme – arrugaba la nariz apenado – Lo siento, intentaré remediarlo
-          ¿Acostumbrarte a qué? – le preguntó el otro – ¿A el olor? Recuerda que eres aun un principiante, es normal que te pase eso Deuk
-          ¿Sois gemelos? – Ji Yong miraba a los dos atónito – Sois iguales…
-          No somos iguales, y si, somos gemelos – su hermano se ponía a su lado – Yo soy el mayor de los dos y él es el menor ¿tienes algún problema con ello? – desafiante –
-          Hyung tranquilízate, Lilith dijo que los acogiéramos, son amigos suyos – ponía una mano en su hombro para calmarlo – No nos harán nada
-          ¿Lilith? – dijeron Ji Yong y su novia a la vez –
-          La vampira que te previno de Obsidian, el vampiro al que asesinaste - sonreía de oreja a oreja – La vampira de pelo negro y rosado – seguía describiéndola – Ella nos pidió que te acogiéramos en nuestro clan, estoy al tanto de todo, estoy seguro de que te seremos de ayuda; por cierto, soy un desconsiderado no me he presentado, soy Kwon Young Deuk, el hermano de Don – extendía su mano –
-          Un honor – la estrechaba – Muchas gracias por todo
-          No hay de qué, mejor vayamos a casa, estas tierras no son agradables por la noche – reía – Seguidnos
¿Gemelos vampiros? Deuk parecía bastante amable pero Don demostraba todo lo contrario, su forma de hablar le provocó algo de miedo, era tan frío. La noche estaba más oscura de lo normal, o eso le parecía a ella, apenas veía por donde pisaba, casí que Ji Yong la llevaba en brazos para no tropezar con algún tronco. El bosque estaba en un silencio absoluto, solo se escuchaban los búhos que se posaban a descansar en los árboles; todo parecía tan lúgubre, ya de por si pasear por un bosque de noche era bastante asustadizo pero caminar de noche por un bosque lleno de monstruos que desconocía y rodeaba de vampiros, lo hacía todo mucho peor. Se aferró fuertemente al brazo de Ji Yong, así paso todo el camino hasta que llegaron a su destino. Don no les sacaba la vista de encima, el solo cruzar sus ojos con aquellos color rubí le daban pequeños escalofríos y Ji Yong podía notarlo, así que la colocó a su izquierda y la cubrió con su abrigo, evitando que pudiera ser observada por el gemelo mayor . Caminaron unos 10 minutos más hasta que llegaron a un lugar iluminado con antorchas, parecía una cueva
-          ¿Dónde estamos Ji Yong? – preguntaba asustada por aquel lugar –
-          No lo sé amor, no lo sé – besaba su frente – No te preocupes, estoy aquí contigo, no pasará nada – entrelazaba sus manos –
-          Buenas Noches – los gemelos hacían una reverencia a uno de los guardas – Aquí es donde vive nuestro clan – aclaraba Deuk –
-          Te aconsejo que sujetes fuerte a tu chica, aquí hay vampiros que aún no están acostumbrados al olor humano, solo al animal
¿Podía ser aquel tipo aún más arrogante? Quizás fuera su forma de estar a la defensiva, también debía entender que no sería agradable para ellos prestar ayuda a un desconocido que acarreaba con un problema como aquel, pero a pesar de su actitud tan drástica, en cierto modo no le molestaba, al revés del trato que les dio Deuk, lo había aceptado demasiado bien, demasiado diría él. Quizás se estuviera poniendo algo dramático, no podía juzgarlos sin conocerlos antes, lo iban a ayudar además le darían un lugar donde protegerse de Ivory y su clan, debía estar agradecido
El terreno arenoso de la cueva desapareció para llegar a suelo empedrado, detrás de aquella puerta de madera acorazada se encontraba castillo abandonado. Los gemelos caminaban a lo largo de aquel sitio haciendo reverencias a todas las personas que se encontraban, las cuales salían a observar quién era los invitados de la noche. Salieron rápidamente del tumulto de gente que se había formado alrededor de ellos, eso lo calmaba de una manera increíble, los vampiros que habían allí arriba no paraban de observar a Haeri, y la verdad es que no lo hacían de una forma normal y agradable, sino todo lo contrario, como había dicho Don hace unos minutos, como un aperitivo. Los gemelos les hicieron bajar algunas escaleras hasta llegar a un gran pasillo interminable lleno de puertas
-          Esta es la zona de habitaciones, la vuestra es esta – abriendo la puerta de metal  – La nuestra está conectada con la vuestra por aquella puerta – señalándola a lo lejos – si necesitarais algo solo tendríais que avisarnos –les explicaba el menor – Estaréis cansados así que mejor es que descanséis, ya mañana hablaremos, que paséis buenas noches – reverencia –
-          Igualmente – respondían los dos con el mismo gesto –
-          Espero que no seáis muy ruidosos – finalizó Don cerrando la puerta de la habitación –
-          ¿Ruidosos? ¿A qué se refería Ji Yong? – algo confusa –
-          A nada amor – rodeaba su cintura – Mejor descansemos, mañana será un nuevo día – besando sus labios rosados -
-          Ehm…Ji Yong – dijo Deuk abriendo un poco la puerta - ¿Puedo hablar un momento contigo a solas? – apenado, con la cabeza baja –
-          Si claro – en un tono bajo - Amor acuéstate, ahora vengo – saliendo fuera de la habitación – ¿Ocurre algo? – preocupado –
-          No tranquilo, solo quería avisarte del horario de mañana, me había olvidado de comentártelo  – reía nervioso – Mañana iremos a hablar con el líder de nuestro clan y empezaran tus clases de instrucción, iremos a la misma clase así que podemos ayudarnos
-          ¿Instrucción? – confuso –
-          Aún eres un principiante como yo, debemos instruirnos, como si fuera el servicio militar, solo que aquí nos preparan para ser vampiros, debemos aprender  a defendernos y a defender, y a soportar la sangre de los humanos, nuestro clan evita acercarse a los humanos por sus instintos
-          Entiendo…- reteniendo información - ¿Pero qué pasará con mi novia? No quiero dejarla sola y menos rodeada de tantos vampiros
-          Don cuidará de ella – notando la tensión de Ji Yong – No te preocupes, hyung puede parecer frío y calculador pero es una buena persona
-          No estoy del todo convencido Deuk
-          Podemos dejarla con él  y espiarlos sin que se den cuenta, veremos que hacen y como se comportan ¿te quedarás más tranquilo?
-          …..- indeciso –
-          Entonces nos vemos mañana Ji Yong, que pases buenas noches – reverencia –
-          Igualmente dongsaeng
¿Sería buena idea dejarla con Don? Hasta el momento eran las únicas personas que conocían y los únicos con los que contaban, no podía dejarla sola en la habitación durante todo el tiempo que estuviera instruyéndose, debía  cuidar alguien de ella, pasara lo que pasara no podía dejarla desprotegida y al parecer la única persona que podía estar a su cargo sería Don, pero eso lo ponía aun más inseguro ¿Por qué? Quizás porque aún no lo había conocido en profundidad, realmente no lo sabía pero aceptaría la proposición de Deuk de vigilarlos por un día