domingo, 16 de septiembre de 2012
domingo, 9 de septiembre de 2012
Not Over U - Oneshot (Ren, NU'EST Member) Part.1
- - ¿Qué edad tienen? – se escuchaba el sonido tosco
de la pluma con la que rellenaba aquel historial médico –
- - Yo tengo 17 – contestaba asustado el más pequeño
de ambos – y nunna tiene 20 – tomando la mano de su chica con fuerza –
- - Ambos sois menores de edad por lo que veo
¿Vuestros padres saben de esto? – levantaba la vista mientras acomodaba sus
anchas gafas –
- - ¿Qué deben saber? – contestaba confuso Minki
mientras su nunna intentaba tranquilizarlo con un pequeño apretón en su mano –
¿Acaso nunna está enferma?
- - Tu nunna presenta vómitos, nauseas, mareos,
desmayos, tiene un gran apetito y
detesta algunos olores que antes los soportaba – apoyaba sus manos en la
mesa para acercarse más a sus papeles – Decidme, ¿Habéis mantenido relaciones
sexuales?
- - Si –contestaba la mayor ante la palidez que
presentaba Minki con la pregunta del médico –
- - ¿Sin protección o con protección?
- - Sin – movía sus piernas nerviosamente arriba y
abajo por la incomodidad del momento –
- - Entiendo – sacaba algunos objetos de la gaveta
que ocupaba el escritorio – Las probabilidades de que estés embarazada es de un
75%, te realizaremos algunos test para saber si estas o no embarazada y en caso
de que lo estés, debo avisar a vuestros padres
- - ¡No por favor, no se lo diga! Por lo menos a los
padres de Minki, a los míos no me importa que se lo diga, aceptaré su castigo
pero a los de él no…- miraba a su dongsaeng que seguía sin reaccionar –
- - Ven conmigo, iremos a hacerte las pruebas –
levantándose seriamente de la silla –
- - ¿Pu-puedo acompañarla? – tomando el brazo del
doctor – Por favor, quiero estar con ella
- - Como gustes – concluía saliendo de la sala –
Todo había empezado unos meses atrás. Nunca había sentido
atracción por una de sus nunnas, simplemente les guardaba el afecto de hermano
menor a hermana mayor; pero con ella había sido distinto. Tenían una gran
amistad, siempre lo apoyaba en todo, en sus actuaciones incluso cuando sus
novias lo dejaban, ella estaba ahí para hacerlo sonreír. Pero las semanas
pasaban y para el se había vuelto una necesidad recibir continuamente esos
besos en la mejilla y esos abrazos, solo que ahora deseaba besar sus labios.
Como cualquier dongsaeng tenía miedo a ser rechazado, su nunna era muy hermosa
y tenía un gran talento, muchos de sus hyungs darían lo que fuera por llegar a
tener una cita con ella; en eso él era privilegiado, no necesitaba citas para
estar con ella, simplemente marcaba su número y su nunna le abría las puertas
de su departamento y lo invitaba a pasar. Quizás aquella necesidad habría
desaparecido sino la hubiera aumentado aquella noche de invierno. Minki estaba
molesto con Baek-ho por una pequeña broma que le había hecho, se llevaba muy
bien con él pero a veces sus bromas se tornaban insoportables, como la de
aquella vez. Aunque sabía que no lo había hecho con intención de dañarlo, su
orgullo no le dejaba ver más allá de su pequeña nariz, así que sin pensárselo
metió algunas prendas en su mochila preferida y abandono el departamento del
grupo para visitar a su nunna
- - Dongsaeng~ - le susurraba al menor para que no escuchara
su conversación el doctor – Si estoy embarazada, no te preocupes por nada, tu
no has tenido culpa ¿si? – tomaba el mentón del menor para besar su mejilla –
Acarrearé yo con las consecuencias Minki-Boo
Costaba responder a su propuesta, no estaba en sus planes
aun tener hijos, apenas llegaba a los 17 y comenzaba su carrera musical. No le
disgustaba la idea de ser padre tan joven, debía ser hermoso aquel sentimiento
pero sus progenitores no estarían de acuerdo, ni tampoco la compañía, cuando
llegaran a sus oídos que una de sus bailarinas estaba embarazada de él los
echarían a ambos; y a pesar de que no quería abandonar su carrera tampoco
quería perder la oportunidad de poder sentir la paternidad si es que su nunna
realmente estaba embarazada
El médico nos guió hasta una sala con una luz muy brillante
que cegaba mis ojos, era bastante espaciosa y tenía unas cortinas color
caramelo además de una camilla cubierta con una sábana verde. Nunna se
recostó como le habían indicado, se veía
nerviosa y preocupada, mis manos automáticamente tomaron su rostro para darle
un pequeño beso en los labios, yo mismo me sorprendí de mi acción, en cuanto a
demostrar mis sentimientos era bastante tímido y reservado pero en aquel
momento solo pensaba por el bienestar de mi nunna, y parecía que aquel beso nos
había relajado a ambos
- - Todo estará bien nunna~- retirando un mechón de
su rostro para colarlo detrás de su oreja –
- - Le haremos primero una ecografía y luego le
tomaremos unas pruebas de orina y sangre – retiraba parte de la camiseta de la
chica dejando a la vista su abdomen – Tu también debes presentarte a las
pruebas – rociando un gel viscoso en su vientre, tensando parte de sus músculos
por el frío, girando un pequeño aparato eléctrico en él –
- - ¿Está muy frío nunna? – acariciaba con cuidado
la frente de la mayor, dejando pequeños besitos en la mano que sostenía –
- - Está bien, no te preocupes – respondía con una
sonrisa algo tímida -
- - Por favor, colóquese la ropa – retirando con una
toalla húmeda la crema de su vientre a los pocos minutos – Cuando termine venga
por aquí para hacerle las demás pruebas
Lo había recibido con un beso en la mejilla y un caluroso
abrazo, acompañado de un tono de voz preocupado al ver su mochila con sus
cosas. Su nunna estaba acostumbrada a los múltiples enojos que tenía su
dongsaeng con sus compañeros de grupo, Minki no era alguien fácil de tratar,
cambiaba de humor rápidamente y a veces incluso era difícil descifrar que le
pasaba por su pequeña mente. Habían dado las nueve de la noche, había estado
unos 5 minutos detrás de la puerta del baño que lo separaba de su nunna, la
cual tomaba una ducha tranquilamente. En realidad no entendía que era aquel
impulso que le incitaba a abrirla y observarla bajo el agua, la conocía desde
mucho y jamás había despertado aquella curiosidad en él ¿quizás se estaba
convirtiendo ya en adulto? El plástico opaco de la ducha no le dejaba ver
demasiado pero aun era visible su silueta difuminada bajo aquellas gotas
transparentes, involuntariamente se mordió su labio inferior, quería entrar un
poco más y verla desde cerca
Estaba tan concentrada en relajar su cuerpo que ni siquiera
noto su presencia pero aquella simple curiosidad que tuvo en un principio se
había tornado a deseo y excitación, inconscientemente se desvistió dejando nada
más en su cuerpo aquellos boxees rosas que tanto le gustaban. Rio ante su
reacción, seguramente se sentía demasiado apenada al estar desnuda delante de
él sin nada que la cubriera pero para él era más que innecesario aquella ropa.
Aquellas caderas bien delineadas se apegaron a los mosaicos fríos de la ducha,
el jabón recorría cada milímetro de aquella piel bajo la atenta mirada de Minki
que no dejaba de observar a su nunna asombrado, nunca había podido imaginar
como era su cuerpo realmente, siempre estaba cubierta hasta arriba y el verla
de repente sin un trozo de tela que la cubriera, simplemente lo asombraba
- - Solo un pinchazo más y terminamos – sonreía la
enfermera de turno mientras humedecía la zona donde le extraerían sangre al
menor –
- - No me gustan las agujas – expresaba con sus ojos
aguados –
- - Minki-boo~ - tomaba el rostro del pequeño para
que la mirara fijamente, aprovechando la enfermera su distracción –
- - Ahh~ - se quejo – Nunna, nunna duele~ - se
mordía el labio reteniendo las lágrimas que se escapaban sin querer –
- - Tranquilo Minki-boo – apoyaba su cabeza entre
sus pechos – Solo es un pinchazo bebé, ya casi pasa – acariciaba con ternura su
cabello rubio dejando varios besos en él –
- - Ya está pequeño – sonreía la enfermera
poniéndole una curita de poporo en su brazo – Te dejaré un momento con tu nunna
para que te calmes y sigamos con las pruebas – se retiraba cerrando la cortina
color esperanza que los separaba de la oficina del doctor –
- - ¿Te duele mucho Minki- boo? – abraza aun con
fuerza al más pequeño – Perdóname, no estarías aquí si no fuera por mi culpa –
confesaba con un deje de tristeza en su aterciopelada voz –
- - Un beso me quitaría el dolor – mostraba
infantilmente un puchero mientras secaba las lágrimas que aun quedaban en sus
mejillas –
- - ¿Un beso? ¿Quieres un beso Minki- Boo? – besando
su pequeña nariz y luego bajando hasta sus labios gruesos –
Sus dedos cobraban vida a medida que delineaban la perfecta
figura de su nunna. Sus manos inocentes y primerizas recorrían cada rincón de
su cuerpo, sacándole varios gemidos a la mayor que solo hacía excitarlo más y
animarlo a continuar ¿Podría llegar más allá? ¿Sería capaz de ver a su nunna
como una mujer y no como a una hermana mayor? Con miedo se acercaba hasta sus
labios, aquellos que tantas veces había besado por simples juegos de
adolescentes pero que ahora quería probar. Ese sabor adictivo que le hacía
sentir descargas eléctricas en su cuerpo aun seguía en su paladar, el mismo
beso que lo había llevado aquella noche a entregarle su virginidad a su hermana
mayor y a la chica de la que posiblemente ahora esperara un hijo
- - Los resultados estarán dentro de dos semanas –
cerraba la carpeta finalizando las pruebas que añadiría a aquel expediente
médico – Sus padres serán convocados al mismo tiempo que ustedes para dárselos
- - Pero yo le dije que no los llamara- protestaba
la mayor –
- - Lo siento, pero es mi deber llamar a sus
progenitores ya que ambos son menores de edad – finalizaba saliendo de aquel
despacho en silencio con un portazo por final -
Naega Michyeogayo (Me estoy volviendo loco) - Capítulo 40
- - Un poco más a la derecha hyung!! – decía Seung
Ri mirando desde lejos la letra que intentaba pegar en la pared Tae Yang –
- - ¿Aquí esta bien? – miraba indeciso a su
compañero–
- - ¡¡Así no hyung!! Más a la izquierda – ponía sus manos delante
de sus ojos para encuadrar las letras –
- - ¡¿Pero no era a la derecha?!
- - ¡¡Hyung!! ¡¡Hazme caso!! A la izquierda –
cruzándose de brazos mientras su compañero volvía a la que hacía – No, no, no,
no ¡¡A la derecha hyung!!
- -¡¡LEE SEUNG HYUN!! – gritaba Taeyang
desorientado –
Hyung se había levantando hoy de mal humor, solo quería que
las letras quedaran rectas (*quejándose*) Quizás no fue buena idea pedirle
ayuda al lobo enojón para la sorpresa de unnie y Ji Yong, Tae Yang solo hacía
meterse conmigo últimamente desde que hyung ya no estaba en el grupo
(*suspira*) Jamás me dejarán tranquilo, seré maltratado por mis hermanos
mayores eternamente…
Desde hacía unas
semanas sabíamos que el juicio se haría el mismo día que se celebraba el
aniversario de la relación de hyung y unnie, 3 años de noviazgo. D-Lite se veía
preocupado desde entonces, Ji Yong estaba más triste y decaído de lo normal
cuando le dieron la fecha del juicio, o eso nos decía Daesung, él era el único
con el que hablaba. Entendía la situación por la que pasaba Ji Yong, todo le
había venido de golpe, lo de la cárcel, recuperar su familia, el nacimiento de
mi sobrina, el secuestro; eran muchas cosas para una sola persona, pero no
aceptaba que no nos permitiera ayudarlo, éramos amigos y sobretodo hermanos,
solo queríamos ayudarlo a llevar el peso de la situación pero él como cabezota que era se negaba
rotundamente (*enojado*) Maldito dragón…nunca cambiará, espero que unnie le dé
un buen escarmiento cuando se casen…
¡¡Pero Lee Seung Hyun no se iba a quedar de brazos
cruzados!! Podía ser el maknae y por consiguiente pensaríais que soy revoltoso
y a veces actuó sin pensar, en cierto modo tenéis razón, pero también soy
persona y tengo corazón. Hyung desde que éramos trainers siempre me ayudo en
todo sin pedirme nada a cambio y quería devolverle el favor, así que con ayuda
de mis hyungs y mi magnifica mente le preparamos una pequeña sorpresa: una boda
secreta. No sería una boda por todo lo alto como la hubiera deseado hyung, más
bien algo íntimo y solo con familiares, BIGBANG y la YG; pero que mejor regalo
que su boda por el aniversario, seguro JiYong se pondría muy feliz al igual que
unnie (*sonríe triunfante*) Lo sé, no me lo digáis, soy magnífico (*ríe*)
- - ¿Me quieres hacer caso maknae? – decía Daesung
alzando un poco la voz para hacerse de notar –
- - ¿Ah? Perdón hyung, estaba distraído –
revolviendo su cabello –
- - Te decía que tenemos un problema, desconocemos
los familiares y amigos de unnie – suspiraba mientras miraba la lista de
invitados – No sé como haremos para avisarles de la boda…
- - Debe haber alguna amiga de unnie que nos pueda
ayudar..¿ y noona? ¿Qué pasa con ella? – esperanzado –
- - Noona viajó a su país hace unas semanas por
problemas familiares, así que ya no nos queda nadie
- - Mmm…entonces solo queda averiguarlo, tenemos que
sacarle información a unnie sin que ella se dé cuenta – poniendo la mano en su
mentón --
- - ¿Y a quien mandarás? Sherlock Panda – reía – Si
vamos tú o yo, unnie sospechará, es muy buena deshaciendo tus planes
- - Hyung TOP – mirándolo fijamente –
- -¡¿YO?! – alzaba la voz -- ¿¡Y porque yo!?
–apareciendo al lado de los dos –
- - Si va Tae Yang sospechará y le dirá a hyung Ji
Yong, si va Daesung o yo nos descubrirá, unnie nos conoce demasiado
bien -- suspira -- pero a ti no,de ti jamás sospecharía, es difícil saber como
actuarás además la ayudaste mucho cuando hyung estaba en la cárcel, confiará en
ti sin dudarlo
- - Pero yo no sirvo para mentir -- se quejaba una y otra vez –
- - ¡¡Hyung por favor!! – haciendo aegyo –Hazlo por
mi ~
- - ¡¡Por ti jamás lo haría panda!!
- - Hazlo por la felicidad de unnie y Ji Yong, hyung
– intervenía en la conversación Tae Yang – Le debemos un favor , siempre a
cuidado de nosotros, es hora de devolvérselo
- - Tiene razón hyung, ¿acaso no quieres ver feliz a
unnie y a hyung? ¿y a Jia? – completaba Dae Sung –
- - Vale vale, esta bien – acomodándose en el sillón
para cruzarse de brazos – Lo haré pero
no prometo nada – mirando a sus compañeros -- ¿Qué es lo que tengo que hacer?
- - Muy bien hyungs, mi maléfico plan es este…-- se
aclaraba la voz –
…
- - Hemos terminado Señor Kwon – concluía el
inspector guardando los expedientes – Preséntese mañana en el juicio a la hora
indicada
- - Entonces ¿Ya está todo? – preguntaba aun nervioso
–
- - Si señor Kwon, por favor tranquilícese, tenemos
todas las de ganar, Kim ha incumplido muchas leyes y recibirá un buen castigo
por ello
- - Aun tengo miedo…-- suspiraba enterrando su
cabeza entre sus manos –
- - No tiene porque – ponía una mano en su hombro –
Preocúpese de su prometida, ella será la que lo pasará peor, necesitará todo su
apoyo
- - Muchas gracias inspector – levantándose de la
silla mientras estrecha su mano con la de él – Gracias por su ayuda
- - Ha sido un honor Señor Kwon, nos vemos mañana en
el juicio – despidiéndose con una reverencia –
-
Hasta mañana..
Nervios,
nervios y más nervios. Mi barriga me dolía demasiado, mañana era el juicio y a
pesar de que sabía que ganaríamos seguía sintiéndome extraño, inseguro diría
yo, había algo que me traía inquieto
- - Ji Yong, ¿estas bien? – preguntaba mientras
sostenía en brazos a la pequeña Jia –
- - Si amor, no te preocupes – besando su mejilla –
Solo estoy algo nervioso por lo del juicio, eso es todo – sonreía –
- - No pienses en eso ahora Ji Yong-ah – entregándole a su hija para
robarle un beso – Todo estará bien, lo sé – pellizcando su nariz – Mejor
paseemos un poco ¿Qué tal al parque?
hace mucho que no nos llevas
- - ¡¡Paqe Paqe Paqe!! – repetía la pequeña mientras
daba palmas –
- - Esta bien –reía—Si os ponéis asi las dos no me
puedo oponer – rodeando la cintura de su prometida -
Rosas Azules - Capítulo 10
La noche paso extrañamente lenta. Miraba el paisaje boscoso
desde la alcoba de su ventana, su hyung había salido en la noche a cazar así
que no tenía que sentarse a esperarlo, sabía por costumbre que llegaría al
amanecer, justo cuando el sol empezara a asomar por el horizonte. Ji Yong desconocía en que lío se había metido, si
Absidian había muerto como él había dicho, Ivory no descansaría hasta que él y
Haeri estuvieran bajo tierra
El clan de los
Ventrue era una raza de sangre azul, o por lo menos ellos se definían así, si
se les situara en la época medieval
serían una especie de corte o nobleza; gente con poder. Eran seres muy
refinados, con grandes modales,
extremadamente delicados a la luz del sol, un vampiro normal podía mantenerse
como máximo 2 segundos frente al sol antes de convertirse en cenizas, pero los Ventrue
apenas en 1 segundo ya estaban desintegrados; aristócratas sin dudarlo, como
las antiguas tribus mantenían el poder en un rey elegido por los súbditos, pero
si este incumplía las normas del clan, era rápidamente asesinado por sus
séquitos; lo único que no tenía límites para ellos era su sed insaciable, eran
completamente despiadados a la hora de buscar sangre humana con la que
alimentarse, no reparaban en la edad de la víctima, simplemente se dejaban
llevar por sus instintos asesinos y mataban a aquel que se les interpusiera en
su camino con tal de alimentarse; y a la hora de la lucha, simplemente era
mejor no encontrarse con uno de ellos. El clan de los Hunters se pasaban los
años formándose para la gran batalla, la que en este caso acababa de
desencadenar la muerte de Absidian. Los grandes señores del consejo no
tardarían en reunirse y declarar la guerra a su clan por la muerte de uno de
los suyos, y aún más cuando se dieran cuenta de que ahora Ji Yong no estaba
solo, sino que pertenecía a los Hunters, su eterno rival, pero eso era otra
historia aparte. No podía asegurar cuanto tiempo tardaría aquel proceso, puede
que días, semanas, meses o incluso años, pero estaba seguro de algo, tarde o
temprano llegaría el momento
El reloj de cuco de la pared marcaba las 6 de la mañana,
hora del entrenamiento. Se bajo con rapidez de la alcoba y se puso sus botas,
hoy sin duda sería un día monótono y agotador; seguir a su hyung casi las 24
horas del día no era un plan muy animado para Deuk
-
¿Ya es hora de ir a entrenar? – decía Don apareciendo
de la nada, recostándose en su cama – Mi espalda…- se quejaba -
-
Si, hoy nos toca entrenamiento en el sur –
sonreía mientras miraba a su hermano -
-
¿Trabajaréis la resistencia? – poniéndose sobre
sus codos – Es una pena perderse ese espectáculo
-
Tú y tus bromas – guardaba algunas cosas en su
mochila – hyung, recuerda que debes cuidar de Haeri mientras Ji Yong y yo
estamos en el entrenamiento
-
En mi otra vida tuve que ser un ladrón para
recibir tal castigo – tapaba su rostro con sus manos – Lo sé, lo sé, no hace
falta que me recuerdes que debo estar de niñera de la chica humana – bufaba -
-
Ya debo irme hyung, nos vemos luego –
atravesando la habitación con rapidez y sigilo –
-
Deuk – lo llamaba su hermano –
-
¿Si hyung? – retrocediendo unos pasos –
-
No te enamores de ella -observándolo con
detenimiento –
-
No lo haré hyung – cerrando la puerta a su
espalda – Oh! Ji Yong! – sorprendido – Pensé que dormías aún
-
Estoy despierto desde anoche, recuerda que
nosotros no dormidos – escondiendo sus manos en su abrigo –
-
Cierto – avergonzado – Bueno, ¿estás listo para
empezar con el “entrenamiento”? – poniendo entre comillas la última palabra –
-
Listo – respondía con firmeza –
…
¿Hasta qué hora dormiría la humana? ¿Hasta las nueve? ¿O
quizás sería una de esas chicas perezosas que descansaba hasta altas horas del
día? La noche anterior había saciado su sed así que no tenía porque preocuparse
de nada, además, él era un vampiro formado, Don ya había pasado el
entrenamiento y estaba listo para ser un guerrero. La sangre de los humanos no
lo intimidaba, lo habían enseñado a contenerse las ganas de matar desde hacía
tiempo pero aun así fue a cazar, no quería arriesgarse a una situación
comprometedora. La llave giró lentamente en el agujero de metal, abriéndose con
lentitud la puerta que unía las dos habitaciones, Haeri aun dormía así que se
recostó en uno de los sillones que adornaban la habitación y se puso a mirar
fijamente el techo de la sala hasta que despertara ¿Cuánto había pasado? ¿Un
mes? ¿Dos meses? Hacía mucho que Lilith no aparecía por la fortaleza, no había
tenido noticias de ella en varias semanas, le preocupaba que su amiga pudiera
estar en algún aprieto, aunque sabía que ella era una vampira que no se metía
en asuntos de otras personas, más bien era de las que preferían mantenerse al
margen y no opinar. Aún no había podido hablar correctamente con Deuk sobre Ji
Yong y la historia que había detrás, Lilith les había pedido que lo ayudara,
era extraño en ella, muy extraño en una chica con un temperamento como él de
ella, a veces era bastante fría y despiadada pero Don mejor que nadie sabía que
aquello era simplemente una apariencia más para ocultar lo que realmente era
-
Buenos Días – lo miraba sentada desde la cama -
¿Llevas mucho esperando? – bostezando-
-
Acabo de llegar – sin dirigirle la mirada –
Levántate, es hora de desayunar – incorporándose algo dolorido del mueble –
-
¿Estas bien? Tienes mala cara – tono preocupado-
¿Necesitas algo?
-
Solo levántate y vístete, te espero fuera –
desvaneciéndose – No tardes
El eco resonó en aquellas paredes de piedra envejecida, la
humana aparecía delante de sus ojos con un aspecto que no había podido apreciar
la noche anterior, ojos grandes, pero castaño oscuro, nariz pequeña y piel algo
morena, le sería difícil integrarse entre los de ellos y más aun hacerla pasar
por un vampiro si se dieran circunstancias peligrosas e inesperadas. Sus pasos
seguían los de Don, los humanos se alimentaban de comida no de sangre, él había
perdido el hábito de cocinar hace unos 10 años así que su ayuda no servía de
mucho; además, el jamás había sido bueno en la cocina, siempre había sido Deuk
el que se preocupaba por la alimentación de los dos. La capa negra cubrió el
cuerpo de chico, la llevaría a casa de su ahjumma. Era la anciana más mayor del
clan, una de las veteranas del consejo; vivía sola, bastante apartada de los
demás vampiros, según la mayoría era una especie de bruja o maga convertida en
un hijo de la noche
-
¿Ahjumma? ¿Estás en casa? – retirando hacia un
lado la tela que tapaba la puerta – Soy yo, Don
-
¡Donnie ~! – dijo apareciendo una mujer de
mediana edad – ¿Cuando pensabas visitar a esta pobre ahjumma? – acariciando sus
mejillas – Estas delgado jovencito, ¿estás comiendo bien?
-
Si ahjumma, no te preocupes, estoy bien – retirando
las manos de su rostro - Te traigo una
pequeña sorpresa – girando sobre sus talones – Te presento a Haeri – rodándose
un poco para que la viera –
-
¿¡Una humana!? – alzando la voz - ¿¡Qué hace una
humana en mi casa?!
martes, 4 de septiembre de 2012
Naega Michyeogayo (Me estoy volviendo loco) - Capítulo 39
- - Señor Kwon, tranquilícese – me decía el médico
poniendo una mano en mi hombro – Solo ha sido una pequeña descompensación, las
medicinas que les recetamos son demasiado fuertes para su cuerpo , ahora mismo
le bajaremos la dosis para que no haya más sustos como este
- - ¿Está seguro de que es solo eso? – aún asustado
y nervioso –
- - Por supuesto, ahora cálmese, ya debe haber
despertado – levantándose del sillón que había en el pasillo del hospital – La
revisaré un momento y luego ya podrá pasar a verla
El alma me volvió al cuerpo al instante. Si le llegaba a
pasar algo me moriría, no podría soportar perderla una tercera vez, si tres,
incluso llevaba la cuenta. La primera fue cuando entré en la cárcel, la segunda
cuando la boda y está casi era la tercera vez que la llegaba perder, por suerte
no pasó a mayores y solo fue un pequeño susto pero si esta vez ella me hubiera
abandonado, no hubiera sabido que hacer…
…
- - Ji no tienes porque quedarte a cuidar de mí,
estoy bien – le decía mientras jugaba sobre la cama con Jia –
- - No pienso dejarte sola amor, no quiero que te
pase nada en mi ausencia – se acomodaba en la cama para jugar con el sonajero
de nuestra hija – Quiero quedarme con vosotras y encargarme yo mismo de vuestro
cuidado
- - Pero oppa tienes mucho trabajo que hacer en la
empresa – le arrebataba el sonajero de sus manos –
- - Ya me he encargado de eso – quitándole el
sonajero y tirando de ella hasta caer acostada en sus piernas – Dae me revelará
por estos días
- - Pero…- impedía con su dedo que hablara – Y CEO está de acuerdo con que me quede con
vosotras y más con el susto de hace unos días, así que no se hable más, me
quedaré aquí y no iré a ninguna parte
No me gustaba que Ji Yong faltara a sus deberes por mí
(*suspira*) y mucho menos que se quedara cuidándonos. Debí de haber dejado de
tomar las pastillas cuando empecé a sentirme mal, tuve algún que otro mareo y
algunos vómitos cuando las comencé é a tomar. Gracias a dios Dami me ayudo a
ocultarlo de Ji Yong, creímos que sería una enfermedad pasajera, como un
pequeño virus, así que veíamos algo absurdo asustarlo por una tontería como
aquella o por lo menos eso creíamos las dos
FLASBACK
- - ¿Seguro que estarás bien si me voy un poco
antes? – preguntaba Dami con preocupación en su voz –
- - Claro que sí unnie, Jia y yo estaremos bien – le
decía mientras amamantaba a mi hija – No te preocupes
- - Es inevitable no hacerlo, no me gusta dejaros a
solas y menos cuando están bajo mi responsabilidad mi familia y la de mi
hermano – acaricia la cabeza de Jia – Si Ji Yong se entera de esto me matará
- - No te preocupes no le diré nada unnie, será
nuestro secreto – contestaba sonriente -
- - Gracias – suspiraba -
Unnie tenía que marcharse hoy temprano, al parecer un
diseñador importante requería de su ayuda para el vestuario de una pasarela a
la que asistiría dentro de unas semanas en París. Se veía realmente preocupada
al decirme que se iría más temprano que otros días, seguramente Ji Yong la
había amenazado con algo (*pensativa*) Desde lo pasado con Kim, Ji está muy
protector con nosotras, no nos deja ni a sol ni a sombra. Cuando no nos cuida
Dami viene ommoni incluso en algún caso
a llegado a venir alguno de los chicos a cuidarme en sus días libres con la
excusa de que ya no nos veían muy a menudo, por lo tanto jamás estábamos solas
Aquel lunes me sentía igual que siempre, algo mareada por
los medicamentos pero no era nada de lo que preocuparse, mi cuerpo ya se había
acostumbrado a esos decaimientos después tomar las pastillas que me receto el
médico. La verdad es que no había nada anormal, solo aquel dolor que se había
hecho presente un tiempo atrás. Desde hacía unas semanas me habían empezado a doler las costillas, no
sabía el porqué, solo sentía como si me clavaran miles de cuchillos en mi
costado derecho, dolía demasiado, no podía evitar retorcerme de dolo a veces
solo que no debía hacerlo en frente de Dami y Jia, así que me escondía en el
baño por algunos minutos hasta que el dolor pasara. Esa mañana volvieron de
nuevo los dolores, así que una vez más los tuve que disimular, mi cuñada no
podía sospechar que me encontraba mal, sino avisaría a Ji Yong y no quería
interferir de nuevo en sus actividades en la empresa, me hacía sentir inútil el
que estuvieran pendiente de mi las 24 horas del día
- - Ya me voy – poniéndose sus zapatos – Ji Yong
llegará en dos horas, estaré aquí antes de que él vuelva a casa – colocándose
su chaqueta – Si necesitáis algo o Ji Yong aparece antes, llamadme por favor
- - Tranquila, lo haremos – acercándose hasta ella
con la silla de ruedas y Jia sentada en su regazo –
- - Adiós sobrinita – besaba la mejilla de la
pequeña – Cuídate cuñadita, no tardaré en volver
- - Adiós unnie
Jia y yo jugamos un rato a dar vueltas con mi silla de
ruedas por el salón. En tan poco tiempo me había acostumbrado rápido a
manejarla, no es que hiciera malabarismos con ella (*reía*) pero me podía mover
con soltura por la casa. A mi pequeña le encantaba cuando jugábamos así y la
verdad es que haría cualquier cosa por sacarle una sonrisa a mi bebé. Dejé un
momento de moverme, me empezaba a marear de dar tantas vueltas, así que llevé a
Jia hasta su cuarto y la dejé jugando en su mantita mientras yo leía un libro.
Apenas llevaba unos minutos leyendo y ya se me hacía raro no escuchar a mi
pequeña, últimamente solo había pronunciar sílabas y vocales sin sentido pero
esta vez estaba demasiado callada, bajé el libro asustada y no la vi en su
manta
- - ¿Jia? Cariño ¿Dónde estás? – buscándola asustada
con la mirada por toda la habitación -
- - ¡¡Ommaa!! ¡¡Omma!! – se escuchaba llorar fuera
de la habitación –¿Jia donde estás? –angustiada – Mi amor ven con omma
Me comenzaba a poner nerviosa. Estaba inmóvil, un juguete
estaba atascado en la rueda de la silla y el dolor en mis costillas aumentaba
cada vez que forcejeaba por moverme, apenas podía respirar. Seguí llamando a Jia pero ella no venía con
la poca voz que me quedaba, la escuchaba lejos, quizás estaba en el salón o en
el dormitorio, no lo sabía, de verdad que no lo sabía, solo quería salir a
buscarla y no podía por aquel estúpido aparato (*solloza*) La escuchaba llorar
una y otra vez, me estaba volviendo loca, así que opte por una única opción,
intentar caminar hasta ella. Usé todas
mis fuerzas y puse el peso de mi cuerpo en mis manos y me erguí, poco a poco
conseguía ponerme en pie, milímetro a milímetro estaba más cerca de conseguir
mi meta, hasta que un fuerte dolor en mis costillas hizo que perdiera la
concentración y el equilibrio, desapareciendo el color de los objetos que
habían a mi lado para convertirse en un paisaje blanco
FIN FLASBACK
What Can I Do? - Capítulo 10
Miraba con gracia como Ari llevaba todo el viaje en autobús
cabeceando por la falta de sueño. Aquellas montañas estaban un poco lejos de la
capital, a aproximadamente dos horas de la estación principal, el viaje era
largo y tedioso, sobretodo lento ya que iban en un transporte público. Con
cuidado desabrocho el cierre de su mochila y colocó una manta sobre los hombros
de su amiga que al sentir aquel trozo de tela afelpado y suave cayó dormida en
el cristal, siendo rápidamente acomodada en el hombro de Elette para que no se
dañara sus cervicales. Unió su cabeza con la de ella y tiro un poco de aquella
manta buscando algo de calor, a Elette también empezaba a ganarle en sueño pero
aquellos pensamientos en su pequeña mente no la dejaban descansar ¿Qué debía
hacer con Min Woong? No quería abandonarlo a su suerte para ella era también
importante pero sobre todo para su amiga, si no le diera un hogar jamás se lo
perdonaría; su mamá tenía un gran corazón pero desconocía porque sentía tanto
miedo al rechazo, su hermana aun era muy pequeña, el sueldo de su madre era el
justo para mantenerlas a las tres, un bebé necesitaba muchos cuidados, aun
recordaba los primeros años de vida de Nerea, bueno, tampoco es que fuera muy
difícil olvidarlo, la infancia de la pequeña también había sido marcada por una
situación parecida a la de Ari, solo que ellas se había decidido a dar el paso
y buscar la libertad, a diferencia de su amiga, que solo buscaba la oscuridad y
sus colores complementarios
Aquellos recuerdos lejanos le traían dolor de cabeza, hace
mucho que los había enterrado bajo tierra pero aquella situación hacia que
afloraran de nuevo como un juguete que hundías en el agua y volvía a la superficie
instantáneamente. Ari necesitaba mucho coraje y valor para salir de aquella
situación en la que estaba envuelta pero si ella no ponía de su parte jamás
saldría de aquel infierno, solo seguiría condenándose aun más a vivir aquel
martirio. Los pasajeros se iban desvaneciendo a lo largo del trayecto, aquellas
montañas habían quedado en el olvido hace años, puede que quizás durante la
época de su niñez, los parques de nieve habían sustituido a aquel elemento
natural, las pistas de patinaje, las estaciones de esquí, uno a uno fomentaban
el abandono de aquel lugar, apenas era visitado, quizás por algún borracho que
se perdiera en su trayecto a casa o algún desenamorado que iba a ahogar sus
penas en aquel paisaje blanquecino. Con un gran estruendo las ruedas del
autobús frenaron en seco mostrando la última parada del viaje, Ari algo
adormilada se despedía con una reverencia del conductor que las despedía con
una sonrisa extraña, probablemente por el lugar en el que se encontraban
- - Este lugar me suena…- rodeaba su cuello con una
bufanda rosa de punto que le había regalado su mamá hace unos años atrás, en su
12 cumpleaños - ¿Dónde estamos Elette?
- - ¿No lo recuerdas? – daba calor a sus manos
heladas – Me diste mucho la lata cuando rompí tu botito lleno de nieve derretida
– encogiendo sus hombros para delinear una sonrisa divertida ante la cara de
asombro de su compañera –
- - Es aquí…-miraba con detenimiento la nieve que
mojaba sus botas sucias – Aquí es donde te conocí – se ponía de rodillas para
tomar un poco de aquella sustancia blanquecina -
- -Y donde por primera vez me llamaste tonta, aun
me sigo sintiendo ofendida cuando lo recuerdo – dejándose caer a su lado –
- - Estaba tan enojada porque rompiste mi bote,
recuerdo que había escondido nieve dentro de él para ponérselo aquella noche en
el árbol a Papá Noel – sonreía tontamente mientras veía delante de sus ojos lo
que pasó tiempo atrás –
- -¿Al final que hiciste? ¿Tomaste más nieve? –
algo curiosa –
- -No, mi padre se enojó mucho cuando me perdí por
ir a jugar, esa noche me castigó y me dejo sin cenar – mirando a Elette – Creo
que fueron las primeras navidades en las que no recibí regalos – con desilusión
– En aquella época pensé que Papá Noel se había resentido conmigo por no
llevarle el bote de nieve, juraría que algunos días estuve maldiciéndote por
haber roto mi regalo
- - Ahora lo entiendo en todo, los días siguientes
sentí un fuerte dolor de cabeza, seguramente fuiste tú – lanzándose encima de
ella – me hiciste magia negra, mala amiga
- - ¡¡Elette!! ¡¡Annio ~!! – reía sin parar – Jamás
lo haría, solo era una niña, perdóname, espero no me guardes rencor por haber
actuado así
- - Lo sé, no te preocupes, además creo que yo
también te debo pedir perdón – dejando de hacerle cosquillas - ¿Te acuerdas el
día que nos encontramos en el parque? ¿Cuándo aquella pelota golpeo tu cabeza?
No fue por error, la tire a posta, aun te guardaba rencor por haberme llamado
tonta – apenada por la confesión que tanto tiempo había guardado – Lo siento
En el fondo siempre supo que aquella pelota no podía haber
sido lanzada sin querer con tanta fuerza, los siguientes días su mamá estuvo
enfriando un pequeño bultito que se formo en su cabeza al recibir el golpe, en
aquel momento pudo notar la rabia que guardaba la pequeña Elette, a veces su
amiga era algo rencorosa y cabezota pero era de buen corazón y sabia pedir
perdón cuando era necesario, amaba la cualidad de su amiga, probablemente
porque ella misma no la poseía, por miedo había adoptado la costumbre de pedir
perdón por cualquier motivo como si la vida fuera en ello y a veces delataba un
poco su miedo a los golpes, pero no había nada que no pudiera tapar algunas
mentiras piadosas, a fin de cuentas la gente dejaba de darle importancia a
aquellos detalles que eran tan importantes, quizás costumbre o quizás pereza
Libre. Sentía libertad en aquel lugar, a pesar de que había
un pasado y una historia guardada en aquellas montañas, la sensación no
desaparecía. Era como si volviera en el tiempo, cuando aún era niña, cuando sus
pies aun eran muy pequeños para correr rápido por la nieve y solo alcanzaban a
dar saltos para moverse por aquel blando suelo, solo que ahora no había nada ni
nadie que la cohibiera de sus sentimientos, allí solo estaban ella, Elette y la
naturaleza, nadie más, ojala pudiera existir algún momento de su vida en el que
su madre y ella pudieran vivir así, libres y sin temor a una nuevo mañana
- - Elette –parando de hacer un ángel en la nieve -
¿No deberíamos volver? Comienza a hacer mucho frío
- - Vayamos a la parada y miremos los horarios de
los autobuses, quizás todavía no ha salido el último
- - ¿A qué horas salía el último? – tirando del
reloj que estaba oculto en el fondo de su chaqueta –
- - Mmm…- pensativa – Creo que a las 8 en punto,
¿Qué hora es? – curioseaba el aparato electrónico de Ari –
- - Las 8 y media
- encontrándose ambas con la mirada -
Rosas Azules - Capítulo 9
-
¡¡Amor, detrás de ti!! – tirando de ella hasta
apegarla a su pecho, cubriéndola con su abrigo negro –
-
¿Quién eres tú? – preguntó el joven que acaba de
aparecer -¿Y qué haces en nuestro territorio? – algo molesto –
-
Soy Ji Yong – abrazaba a la chica con fuerza
–Estamos buscando un sitio donde pasar la noche, nos hemos perdido en el bosque
– se excusaba - ¿Y tú eres…?
-
Soy Kwon Young Don – aun a la defensiva – No
pareces de por aquí, no pertenecerás al clan de Ivory ¿verdad?
-
No y créeme que tampoco tengo ganas de serlo,
estoy solo
-
¿Y quién es la humana? –mirando a la chica -
¿Quizás la víctima para hacer algún trato? – relamiéndose –
-
Es mi novia, se llama Haeri – poniéndola detrás
de su espalda – Y no es ningún aperitivo
-
Ji Yong…tengo miedo – asustada se abrazaba a su
cintura –
-
Tranquila amor, no pasará nada – acariciaba sus
manos mientras le sonreía -
-
Qué pena…- mueca de disgusto – Podías haberme
ahorrado la cena de hoy
-
¡¡Hyung!! ¡¡Hyung!! ¡¿Hyung donde estas?! – se
escuchaba a lo lejos un voz agitada –
-
Estoy aquí Deuk – en un tono relativamente bajo
– Ven a ver esto, tenemos visita – se cruzaba de brazos –
-
Te he estado buscando por todas partes, el jef….-
se calla – Oh! Tu debes ser Ji Yong y ella tu novia ¿verdad? – sonriente se
acerca hasta ellos pero inmediatamente se aleja – Aghh ~ Perdonadme, pero me
costará acostumbrarme – arrugaba la nariz apenado – Lo siento, intentaré
remediarlo
-
¿Acostumbrarte a qué? – le preguntó el otro – ¿A
el olor? Recuerda que eres aun un principiante, es normal que te pase eso Deuk
-
¿Sois gemelos? – Ji Yong miraba a los dos
atónito – Sois iguales…
-
No somos iguales, y si, somos gemelos – su
hermano se ponía a su lado – Yo soy el mayor de los dos y él es el menor ¿tienes
algún problema con ello? – desafiante –
-
Hyung tranquilízate, Lilith dijo que los
acogiéramos, son amigos suyos – ponía una mano en su hombro para calmarlo – No
nos harán nada
-
¿Lilith? – dijeron Ji Yong y su novia a la vez –
-
La vampira que te previno de Obsidian, el
vampiro al que asesinaste - sonreía de oreja a oreja – La vampira de pelo negro
y rosado – seguía describiéndola – Ella nos pidió que te acogiéramos en nuestro
clan, estoy al tanto de todo, estoy seguro de que te seremos de ayuda; por
cierto, soy un desconsiderado no me he presentado, soy Kwon Young Deuk, el
hermano de Don – extendía su mano –
-
Un honor – la estrechaba – Muchas gracias por todo
-
No hay de qué, mejor vayamos a casa, estas
tierras no son agradables por la noche – reía – Seguidnos
¿Gemelos vampiros? Deuk parecía bastante amable pero Don
demostraba todo lo contrario, su forma de hablar le provocó algo de miedo, era
tan frío. La noche estaba más oscura de lo normal, o eso le parecía a ella,
apenas veía por donde pisaba, casí que Ji Yong la llevaba en brazos para no
tropezar con algún tronco. El bosque estaba en un silencio absoluto, solo se
escuchaban los búhos que se posaban a descansar en los árboles; todo parecía
tan lúgubre, ya de por si pasear por un bosque de noche era bastante asustadizo
pero caminar de noche por un bosque lleno de monstruos que desconocía y rodeaba
de vampiros, lo hacía todo mucho peor. Se aferró fuertemente al brazo de Ji
Yong, así paso todo el camino hasta que llegaron a su destino. Don no les
sacaba la vista de encima, el solo cruzar sus ojos con aquellos color rubí le
daban pequeños escalofríos y Ji Yong podía notarlo, así que la colocó a su
izquierda y la cubrió con su abrigo, evitando que pudiera ser observada por el
gemelo mayor . Caminaron unos 10 minutos más hasta que llegaron a un lugar iluminado
con antorchas, parecía una cueva
-
¿Dónde estamos Ji Yong? – preguntaba asustada
por aquel lugar –
-
No lo sé amor, no lo sé – besaba su frente – No
te preocupes, estoy aquí contigo, no pasará nada – entrelazaba sus manos –
-
Buenas Noches – los gemelos hacían una
reverencia a uno de los guardas – Aquí es donde vive nuestro clan – aclaraba
Deuk –
-
Te aconsejo que sujetes fuerte a tu chica, aquí
hay vampiros que aún no están acostumbrados al olor humano, solo al animal
…
¿Podía ser aquel tipo aún más
arrogante? Quizás fuera su forma de estar a la defensiva, también debía
entender que no sería agradable para ellos prestar ayuda a un desconocido que
acarreaba con un problema como aquel, pero a pesar de su actitud tan drástica,
en cierto modo no le molestaba, al revés del trato que les dio Deuk, lo había
aceptado demasiado bien, demasiado diría él. Quizás se estuviera poniendo algo
dramático, no podía juzgarlos sin conocerlos antes, lo iban a ayudar además le
darían un lugar donde protegerse de Ivory y su clan, debía estar agradecido
El terreno arenoso de la cueva
desapareció para llegar a suelo empedrado, detrás de aquella puerta de madera
acorazada se encontraba castillo abandonado. Los gemelos caminaban a lo largo
de aquel sitio haciendo reverencias a todas las personas que se encontraban, las
cuales salían a observar quién era los invitados de la noche. Salieron
rápidamente del tumulto de gente que se había formado alrededor de ellos, eso
lo calmaba de una manera increíble, los vampiros que habían allí arriba no
paraban de observar a Haeri, y la verdad es que no lo hacían de una forma
normal y agradable, sino todo lo contrario, como había dicho Don hace unos
minutos, como un aperitivo. Los gemelos les hicieron bajar algunas escaleras
hasta llegar a un gran pasillo interminable lleno de puertas
-
Esta es la zona de habitaciones, la vuestra es
esta – abriendo la puerta de metal – La
nuestra está conectada con la vuestra por aquella puerta – señalándola a lo
lejos – si necesitarais algo solo tendríais que avisarnos –les explicaba el
menor – Estaréis cansados así que mejor es que descanséis, ya mañana
hablaremos, que paséis buenas noches – reverencia –
-
Igualmente – respondían los dos con el mismo
gesto –
-
Espero que no seáis muy ruidosos – finalizó Don
cerrando la puerta de la habitación –
-
¿Ruidosos? ¿A qué se refería Ji Yong? – algo
confusa –
-
A nada amor – rodeaba su cintura – Mejor
descansemos, mañana será un nuevo día – besando sus labios rosados -
-
Ehm…Ji Yong – dijo Deuk abriendo un poco la
puerta - ¿Puedo hablar un momento contigo a solas? – apenado, con la cabeza
baja –
-
Si claro – en un tono bajo - Amor acuéstate,
ahora vengo – saliendo fuera de la habitación – ¿Ocurre algo? – preocupado –
-
No tranquilo, solo quería avisarte del horario
de mañana, me había olvidado de comentártelo
– reía nervioso – Mañana iremos a hablar con el líder de nuestro clan y
empezaran tus clases de instrucción, iremos a la misma clase así que podemos
ayudarnos
-
¿Instrucción? – confuso –
-
Aún eres un principiante como yo, debemos
instruirnos, como si fuera el servicio militar, solo que aquí nos preparan para
ser vampiros, debemos aprender a
defendernos y a defender, y a soportar la sangre de los humanos, nuestro clan
evita acercarse a los humanos por sus instintos
-
Entiendo…- reteniendo información - ¿Pero qué
pasará con mi novia? No quiero dejarla sola y menos rodeada de tantos vampiros
-
Don cuidará de ella – notando la tensión de Ji
Yong – No te preocupes, hyung puede parecer frío y calculador pero es una buena
persona
-
No estoy del todo convencido Deuk
-
Podemos dejarla con él y espiarlos sin que se den cuenta, veremos
que hacen y como se comportan ¿te quedarás más tranquilo?
-
…..- indeciso –
-
Entonces nos vemos mañana Ji Yong, que pases
buenas noches – reverencia –
-
Igualmente dongsaeng
¿Sería buena idea dejarla con Don? Hasta el momento eran las
únicas personas que conocían y los únicos con los que contaban, no podía
dejarla sola en la habitación durante todo el tiempo que estuviera
instruyéndose, debía cuidar alguien de
ella, pasara lo que pasara no podía dejarla desprotegida y al parecer la única
persona que podía estar a su cargo sería Don, pero eso lo ponía aun más
inseguro ¿Por qué? Quizás porque aún no lo había conocido en profundidad,
realmente no lo sabía pero aceptaría la proposición de Deuk de vigilarlos por
un día
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