martes, 4 de septiembre de 2012

Naega Michyeogayo (Me estoy volviendo loco) - Capítulo 39



-          - Señor Kwon, tranquilícese – me decía el médico poniendo una mano en mi hombro – Solo ha sido una pequeña descompensación, las medicinas que les recetamos son demasiado fuertes para su cuerpo , ahora mismo le bajaremos la dosis para que no haya más sustos como este
-         - ¿Está seguro de que es solo eso? – aún asustado y nervioso –
-         - Por supuesto, ahora cálmese, ya debe haber despertado – levantándose del sillón que había en el pasillo del hospital – La revisaré un momento y luego ya podrá pasar a verla

El alma me volvió al cuerpo al instante. Si le llegaba a pasar algo me moriría, no podría soportar perderla una tercera vez, si tres, incluso llevaba la cuenta. La primera fue cuando entré en la cárcel, la segunda cuando la boda y está casi era la tercera vez que la llegaba perder, por suerte no pasó a mayores y solo fue un pequeño susto pero si esta vez ella me hubiera abandonado, no hubiera sabido que hacer…


-          - Ji no tienes porque quedarte a cuidar de mí, estoy bien – le decía mientras jugaba sobre la cama con Jia –
-          - No pienso dejarte sola amor, no quiero que te pase nada en mi ausencia – se acomodaba en la cama para jugar con el sonajero de nuestra hija – Quiero quedarme con vosotras y encargarme yo mismo de vuestro cuidado
-          - Pero oppa tienes mucho trabajo que hacer en la empresa – le arrebataba el sonajero de sus manos –
-          - Ya me he encargado de eso – quitándole el sonajero y tirando de ella hasta caer acostada en sus piernas – Dae me revelará por estos días
-          - Pero…- impedía con su dedo que hablara – Y CEO está de acuerdo con que me quede con vosotras y más con el susto de hace unos días, así que no se hable más, me quedaré aquí y no iré a ninguna parte

No me gustaba que Ji Yong faltara a sus deberes por mí (*suspira*) y mucho menos que se quedara cuidándonos. Debí de haber dejado de tomar las pastillas cuando empecé a sentirme mal, tuve algún que otro mareo y algunos vómitos cuando las comencé é a tomar. Gracias a dios Dami me ayudo a ocultarlo de Ji Yong, creímos que sería una enfermedad pasajera, como un pequeño virus, así que veíamos algo absurdo asustarlo por una tontería como aquella o por lo menos eso creíamos las dos

FLASBACK

-          - ¿Seguro que estarás bien si me voy un poco antes? – preguntaba Dami con preocupación en su voz –
-          - Claro que sí unnie, Jia y yo estaremos bien – le decía mientras amamantaba a mi hija – No te preocupes
-          - Es inevitable no hacerlo, no me gusta dejaros a solas y menos cuando están bajo mi responsabilidad mi familia y la de mi hermano – acaricia la cabeza de Jia – Si Ji Yong se entera de esto me matará
-         - No te preocupes no le diré nada unnie, será nuestro secreto – contestaba sonriente -
-         - Gracias – suspiraba -

Unnie tenía que marcharse hoy temprano, al parecer un diseñador importante requería de su ayuda para el vestuario de una pasarela a la que asistiría dentro de unas semanas en París. Se veía realmente preocupada al decirme que se iría más temprano que otros días, seguramente Ji Yong la había amenazado con algo (*pensativa*) Desde lo pasado con Kim, Ji está muy protector con nosotras, no nos deja ni a sol ni a sombra. Cuando no nos cuida Dami viene ommoni  incluso en algún caso a llegado a venir alguno de los chicos a cuidarme en sus días libres con la excusa de que ya no nos veían muy a menudo, por lo tanto jamás estábamos solas

Aquel lunes me sentía igual que siempre, algo mareada por los medicamentos pero no era nada de lo que preocuparse, mi cuerpo ya se había acostumbrado a esos decaimientos después tomar las pastillas que me receto el médico. La verdad es que no había nada anormal, solo aquel dolor que se había hecho presente un tiempo atrás. Desde hacía unas semanas  me habían empezado a doler las costillas, no sabía el porqué, solo sentía como si me clavaran miles de cuchillos en mi costado derecho, dolía demasiado, no podía evitar retorcerme de dolo a veces solo que no debía hacerlo en frente de Dami y Jia, así que me escondía en el baño por algunos minutos hasta que el dolor pasara. Esa mañana volvieron de nuevo los dolores, así que una vez más los tuve que disimular, mi cuñada no podía sospechar que me encontraba mal, sino avisaría a Ji Yong y no quería interferir de nuevo en sus actividades en la empresa, me hacía sentir inútil el que estuvieran pendiente de mi las 24 horas del día

-          - Ya me voy – poniéndose sus zapatos – Ji Yong llegará en dos horas, estaré aquí antes de que él vuelva a casa – colocándose su chaqueta – Si necesitáis algo o Ji Yong aparece antes, llamadme por favor
-          - Tranquila, lo haremos – acercándose hasta ella con la silla de ruedas y Jia sentada en su regazo –
-          - Adiós sobrinita – besaba la mejilla de la pequeña – Cuídate cuñadita, no tardaré en volver
-          - Adiós unnie

Jia y yo jugamos un rato a dar vueltas con mi silla de ruedas por el salón. En tan poco tiempo me había acostumbrado rápido a manejarla, no es que hiciera malabarismos con ella (*reía*) pero me podía mover con soltura por la casa. A mi pequeña le encantaba cuando jugábamos así y la verdad es que haría cualquier cosa por sacarle una sonrisa a mi bebé. Dejé un momento de moverme, me empezaba a marear de dar tantas vueltas, así que llevé a Jia hasta su cuarto y la dejé jugando en su mantita mientras yo leía un libro. Apenas llevaba unos minutos leyendo y ya se me hacía raro no escuchar a mi pequeña, últimamente solo había pronunciar sílabas y vocales sin sentido pero esta vez estaba demasiado callada, bajé el libro asustada y no la vi en su manta

-         - ¿Jia? Cariño ¿Dónde estás? – buscándola asustada con la mirada por toda la habitación -
-         - ¡¡Ommaa!! ¡¡Omma!! – se escuchaba llorar fuera de la habitación –¿Jia donde estás? –angustiada – Mi amor  ven con omma

Me comenzaba a poner nerviosa. Estaba inmóvil, un juguete estaba atascado en la rueda de la silla y el dolor en mis costillas aumentaba cada vez que forcejeaba por moverme, apenas podía respirar.  Seguí llamando a Jia pero ella no venía con la poca voz que me quedaba, la escuchaba lejos, quizás estaba en el salón o en el dormitorio, no lo sabía, de verdad que no lo sabía, solo quería salir a buscarla y no podía por aquel estúpido aparato (*solloza*) La escuchaba llorar una y otra vez, me estaba volviendo loca, así que opte por una única opción, intentar caminar hasta ella.  Usé todas mis fuerzas y puse el peso de mi cuerpo en mis manos y me erguí, poco a poco conseguía ponerme en pie, milímetro a milímetro estaba más cerca de conseguir mi meta, hasta que un fuerte dolor en mis costillas hizo que perdiera la concentración y el equilibrio, desapareciendo el color de los objetos que habían a mi lado para convertirse en un paisaje blanco

FIN FLASBACK 

No hay comentarios:

Publicar un comentario