- - ¿Qué edad tienen? – se escuchaba el sonido tosco
de la pluma con la que rellenaba aquel historial médico –
- - Yo tengo 17 – contestaba asustado el más pequeño
de ambos – y nunna tiene 20 – tomando la mano de su chica con fuerza –
- - Ambos sois menores de edad por lo que veo
¿Vuestros padres saben de esto? – levantaba la vista mientras acomodaba sus
anchas gafas –
- - ¿Qué deben saber? – contestaba confuso Minki
mientras su nunna intentaba tranquilizarlo con un pequeño apretón en su mano –
¿Acaso nunna está enferma?
- - Tu nunna presenta vómitos, nauseas, mareos,
desmayos, tiene un gran apetito y
detesta algunos olores que antes los soportaba – apoyaba sus manos en la
mesa para acercarse más a sus papeles – Decidme, ¿Habéis mantenido relaciones
sexuales?
- - Si –contestaba la mayor ante la palidez que
presentaba Minki con la pregunta del médico –
- - ¿Sin protección o con protección?
- - Sin – movía sus piernas nerviosamente arriba y
abajo por la incomodidad del momento –
- - Entiendo – sacaba algunos objetos de la gaveta
que ocupaba el escritorio – Las probabilidades de que estés embarazada es de un
75%, te realizaremos algunos test para saber si estas o no embarazada y en caso
de que lo estés, debo avisar a vuestros padres
- - ¡No por favor, no se lo diga! Por lo menos a los
padres de Minki, a los míos no me importa que se lo diga, aceptaré su castigo
pero a los de él no…- miraba a su dongsaeng que seguía sin reaccionar –
- - Ven conmigo, iremos a hacerte las pruebas –
levantándose seriamente de la silla –
- - ¿Pu-puedo acompañarla? – tomando el brazo del
doctor – Por favor, quiero estar con ella
- - Como gustes – concluía saliendo de la sala –
Todo había empezado unos meses atrás. Nunca había sentido
atracción por una de sus nunnas, simplemente les guardaba el afecto de hermano
menor a hermana mayor; pero con ella había sido distinto. Tenían una gran
amistad, siempre lo apoyaba en todo, en sus actuaciones incluso cuando sus
novias lo dejaban, ella estaba ahí para hacerlo sonreír. Pero las semanas
pasaban y para el se había vuelto una necesidad recibir continuamente esos
besos en la mejilla y esos abrazos, solo que ahora deseaba besar sus labios.
Como cualquier dongsaeng tenía miedo a ser rechazado, su nunna era muy hermosa
y tenía un gran talento, muchos de sus hyungs darían lo que fuera por llegar a
tener una cita con ella; en eso él era privilegiado, no necesitaba citas para
estar con ella, simplemente marcaba su número y su nunna le abría las puertas
de su departamento y lo invitaba a pasar. Quizás aquella necesidad habría
desaparecido sino la hubiera aumentado aquella noche de invierno. Minki estaba
molesto con Baek-ho por una pequeña broma que le había hecho, se llevaba muy
bien con él pero a veces sus bromas se tornaban insoportables, como la de
aquella vez. Aunque sabía que no lo había hecho con intención de dañarlo, su
orgullo no le dejaba ver más allá de su pequeña nariz, así que sin pensárselo
metió algunas prendas en su mochila preferida y abandono el departamento del
grupo para visitar a su nunna
- - Dongsaeng~ - le susurraba al menor para que no escuchara
su conversación el doctor – Si estoy embarazada, no te preocupes por nada, tu
no has tenido culpa ¿si? – tomaba el mentón del menor para besar su mejilla –
Acarrearé yo con las consecuencias Minki-Boo
Costaba responder a su propuesta, no estaba en sus planes
aun tener hijos, apenas llegaba a los 17 y comenzaba su carrera musical. No le
disgustaba la idea de ser padre tan joven, debía ser hermoso aquel sentimiento
pero sus progenitores no estarían de acuerdo, ni tampoco la compañía, cuando
llegaran a sus oídos que una de sus bailarinas estaba embarazada de él los
echarían a ambos; y a pesar de que no quería abandonar su carrera tampoco
quería perder la oportunidad de poder sentir la paternidad si es que su nunna
realmente estaba embarazada
El médico nos guió hasta una sala con una luz muy brillante
que cegaba mis ojos, era bastante espaciosa y tenía unas cortinas color
caramelo además de una camilla cubierta con una sábana verde. Nunna se
recostó como le habían indicado, se veía
nerviosa y preocupada, mis manos automáticamente tomaron su rostro para darle
un pequeño beso en los labios, yo mismo me sorprendí de mi acción, en cuanto a
demostrar mis sentimientos era bastante tímido y reservado pero en aquel
momento solo pensaba por el bienestar de mi nunna, y parecía que aquel beso nos
había relajado a ambos
- - Todo estará bien nunna~- retirando un mechón de
su rostro para colarlo detrás de su oreja –
- - Le haremos primero una ecografía y luego le
tomaremos unas pruebas de orina y sangre – retiraba parte de la camiseta de la
chica dejando a la vista su abdomen – Tu también debes presentarte a las
pruebas – rociando un gel viscoso en su vientre, tensando parte de sus músculos
por el frío, girando un pequeño aparato eléctrico en él –
- - ¿Está muy frío nunna? – acariciaba con cuidado
la frente de la mayor, dejando pequeños besitos en la mano que sostenía –
- - Está bien, no te preocupes – respondía con una
sonrisa algo tímida -
- - Por favor, colóquese la ropa – retirando con una
toalla húmeda la crema de su vientre a los pocos minutos – Cuando termine venga
por aquí para hacerle las demás pruebas
Lo había recibido con un beso en la mejilla y un caluroso
abrazo, acompañado de un tono de voz preocupado al ver su mochila con sus
cosas. Su nunna estaba acostumbrada a los múltiples enojos que tenía su
dongsaeng con sus compañeros de grupo, Minki no era alguien fácil de tratar,
cambiaba de humor rápidamente y a veces incluso era difícil descifrar que le
pasaba por su pequeña mente. Habían dado las nueve de la noche, había estado
unos 5 minutos detrás de la puerta del baño que lo separaba de su nunna, la
cual tomaba una ducha tranquilamente. En realidad no entendía que era aquel
impulso que le incitaba a abrirla y observarla bajo el agua, la conocía desde
mucho y jamás había despertado aquella curiosidad en él ¿quizás se estaba
convirtiendo ya en adulto? El plástico opaco de la ducha no le dejaba ver
demasiado pero aun era visible su silueta difuminada bajo aquellas gotas
transparentes, involuntariamente se mordió su labio inferior, quería entrar un
poco más y verla desde cerca
Estaba tan concentrada en relajar su cuerpo que ni siquiera
noto su presencia pero aquella simple curiosidad que tuvo en un principio se
había tornado a deseo y excitación, inconscientemente se desvistió dejando nada
más en su cuerpo aquellos boxees rosas que tanto le gustaban. Rio ante su
reacción, seguramente se sentía demasiado apenada al estar desnuda delante de
él sin nada que la cubriera pero para él era más que innecesario aquella ropa.
Aquellas caderas bien delineadas se apegaron a los mosaicos fríos de la ducha,
el jabón recorría cada milímetro de aquella piel bajo la atenta mirada de Minki
que no dejaba de observar a su nunna asombrado, nunca había podido imaginar
como era su cuerpo realmente, siempre estaba cubierta hasta arriba y el verla
de repente sin un trozo de tela que la cubriera, simplemente lo asombraba
- - Solo un pinchazo más y terminamos – sonreía la
enfermera de turno mientras humedecía la zona donde le extraerían sangre al
menor –
- - No me gustan las agujas – expresaba con sus ojos
aguados –
- - Minki-boo~ - tomaba el rostro del pequeño para
que la mirara fijamente, aprovechando la enfermera su distracción –
- - Ahh~ - se quejo – Nunna, nunna duele~ - se
mordía el labio reteniendo las lágrimas que se escapaban sin querer –
- - Tranquilo Minki-boo – apoyaba su cabeza entre
sus pechos – Solo es un pinchazo bebé, ya casi pasa – acariciaba con ternura su
cabello rubio dejando varios besos en él –
- - Ya está pequeño – sonreía la enfermera
poniéndole una curita de poporo en su brazo – Te dejaré un momento con tu nunna
para que te calmes y sigamos con las pruebas – se retiraba cerrando la cortina
color esperanza que los separaba de la oficina del doctor –
- - ¿Te duele mucho Minki- boo? – abraza aun con
fuerza al más pequeño – Perdóname, no estarías aquí si no fuera por mi culpa –
confesaba con un deje de tristeza en su aterciopelada voz –
- - Un beso me quitaría el dolor – mostraba
infantilmente un puchero mientras secaba las lágrimas que aun quedaban en sus
mejillas –
- - ¿Un beso? ¿Quieres un beso Minki- Boo? – besando
su pequeña nariz y luego bajando hasta sus labios gruesos –
Sus dedos cobraban vida a medida que delineaban la perfecta
figura de su nunna. Sus manos inocentes y primerizas recorrían cada rincón de
su cuerpo, sacándole varios gemidos a la mayor que solo hacía excitarlo más y
animarlo a continuar ¿Podría llegar más allá? ¿Sería capaz de ver a su nunna
como una mujer y no como a una hermana mayor? Con miedo se acercaba hasta sus
labios, aquellos que tantas veces había besado por simples juegos de
adolescentes pero que ahora quería probar. Ese sabor adictivo que le hacía
sentir descargas eléctricas en su cuerpo aun seguía en su paladar, el mismo
beso que lo había llevado aquella noche a entregarle su virginidad a su hermana
mayor y a la chica de la que posiblemente ahora esperara un hijo
- - Los resultados estarán dentro de dos semanas –
cerraba la carpeta finalizando las pruebas que añadiría a aquel expediente
médico – Sus padres serán convocados al mismo tiempo que ustedes para dárselos
- - Pero yo le dije que no los llamara- protestaba
la mayor –
- - Lo siento, pero es mi deber llamar a sus
progenitores ya que ambos son menores de edad – finalizaba saliendo de aquel
despacho en silencio con un portazo por final -
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