miércoles, 28 de diciembre de 2011

Rosas Azules - Capítulo 4



-          Amor por favor…- en un suspiro
-          Márchate…
-          Pero…- acercándose a ella
-          ¡¡Aléjate!! – alzando la voz
-          Amor dime que hice mal…- tomando su rostro entre sus manos – Enmendaré mi error…
-          Ji Yong vete por favor…- bajando la cabeza
-          No lo haré…- negándose
-          Ji Yong…- girando su rostro
-          No…- besando sus labios

Sus labios atraparon los míos. Necesitaba aquel beso, sentir su boca junto a la mía, saborearla. Pero aquellos pensamientos dudosos no abandonaban mi cabeza, mi mente seguía tan confusa como hacía unos minutos ¿Qué debía hacer? No reaccionaba, me había quedado estática ante aquella situación. Abrí los ojos cuando sentí algo húmedo rozar mis labios, lo empujé rápidamente pero gracias a mi torpeza caí al suelo por culpa de un tronco, dañándome mi tobillo.

-          ¡¡Ahhh!! – dolorida
-          ¡¡Amor!! – corriendo a su lado - ¿Amor estas bien? ¿Te has hecho daño? –preocupado mira su pierna
-          Estoy bien – arrogante – Márchate de una vez… - aguantando el dolor
-          No te puedo dejar así, mejor vamos a la cabaña – ofreciéndole su mano
-          No iré, me quedaré aquí, necesito tomar el aire – girando su cabeza para no verlo
-          Amor por favor, deja que te lleve a la cabaña para curarte, luego ya darás todos los paseos que quieras
-          Te he dicho que no iré Ji Yong…- cabreándose
-          Amor…- suplicante
-          ¡¡Ji Yong te he dicho que no!! ¡¡Entiéndelo de una vez!! – cabreada
-          Aggg – enojado – Mira lo que me obligas a hacer – subiéndola a su espalda
-          ¡¿Qué haces?! ¡¡Suéltame!! – moviendo sus piernas insistentemente
-          No – serio – Iremos a la cabaña, te apetezca o no amor
-          ¡¡Bájame!! - golpeándolo

Me llevó a cuestas hasta la cabaña. No dejaba de darle patadas y puñetazos por todo el camino, pero aún así él se negaba a soltarme ¿Por qué se empeñaba tanto en curarme? Ni que le importa…

-          Estate quieta, por favor…- acostándola en la cama – No te muevas, ahora mismo reviso tu tobillo amor – acercándose a la chimenea

¿Cómo era posible? Se había preocupado por ella cuando se daño, incluso juraría que estaba asustado al ver como quedo su tobillo ¿Se estaba interesando por ella o acaso eran imaginaciones suyas? Ji Yong se acercó a la chimenea para tomar un trozo de tela y unas cremas que guardaba en su maleta, al parecer estaba en lo cierto, iba a curarla.

De nuevo las dudas se amontonaron en su cabeza ¿y si solo lo hacía por pena? ¿cómo podía averiguar lo que realmente sentía Ji Yong por ella? Se acercó con cuidado al borde de la cama y empezó a cojear, intentando llegar a la puerta.

-          ¡¡Amor!! – tomándola de nuevo en brazos y acostándola en la cama - ¡¡Te harás más daño!!
-          ¡¡Déjame!! – intentando levantarse
-          Amor estate quieta por favor, sino no podré curarte
-          Estoy bien, no necesito tu ayuda – moviéndose
-          Amor no me obligues a hacerlo – perdiendo su paciencia
-          ¿Acaso me amenazas? – desafiante
-          Amor…- intentando calmarse - ¡¡Yaa!! ¡¡Estate quieta!! – subiéndose encima de ella, sosteniendo fuertemente sus manos contra la cama
-          Ji…Ji Yong que haces…- nerviosa - ¡¡Bájate!! – intentando soltarse
-          ¡¡No!! Hasta que no de estés quieta no me bajaré
-          Aisshh – suspira - ¡¡Sal!! – retorciéndose - ¡¡Quiero que te bajes!!
-          Quieta…- mirándola fijamente
-          ¡¡No quiero!! – dándole una patada - ¡¡Ahh suéltame!! – grita cuando de nuevo agarra sus manos
-          ¡¡Ya me cansé!! – grita enojado - ¡¡Tú te lo has buscado!!
-          Yo no me he bus….

Sus labios aprisionaron fuertemente los míos. Intentaba callarme con sus besos. Sus manos soltaron las mías, haciéndolas pasar por detrás de su cuello, permitiéndole acostar su cuerpo sobre el mío. Por más que intentaba librarme de él, no podía. Me estaba quedando sin aire, necesitaba respirar, sus labios no dejaban de besar los míos con fuerza

-          Ahhh…- tomando aire – Estas loco… - tosiendo
-          Si y mucho – besando su frente – Estoy loco por ti – acariciando su rostro – Perdón por ser tan brusco amor, pero es que no dejabas de moverte – algo apenado – Así no puedo curarte…
-          No tenías necesidad de hacer eso – calmando su respiración
-          ¿A no? ¿Y como querías que lo hiciera? – levantando una ceja – No había manera de que te estuvieras quieta amor – acercándose a su rostro
-          Pues…pues…- nerviosa - ¡¡No lo sé!!
-          Amor…- la llama
-          S…sí….si? – sintiendo su respiración
-          ¿Por qué te pones así cuando estoy cerca de ti? – quedando a pocos centímetros de sus labios
-          N….no…m…me…pongo ne…nerviosa – tartamudeando - ¡¡Ya!! ¡¡Babo!! – golpeándole el brazo - ¡¡No te rías!!
-          Lo siento amor – ríendo – Deberías verte las caritas que pones – cayendo a su lado
-          ¡¡Yo no pongo caritas!! – cruzándose de brazos
-          Si lo haces – sin parar de reír
-          ¿Ah si?- levantando una ceja - ¿Has visto las tuyas? – subiéndose en sus caderas - ¿Ah? – apoyando sus brazos a ambos lados del cuello de Ji Yong
-          A…amor…- nervioso – Es mejor que te ba…bajes…- mirando hacia otro lado
-          ¿Por qué Ji? – sonriendo maliciosamente - ¿Acaso te pones nervioso?


En un abrir y cerrar de ojos tenía su cuerpo encima del mío. Sus piernas rodeaban mi cintura, aprisionándola fuertemente con sus muslos, haciendo que el roce de nuestra ropa me alterara aún más. Su camisa ajustada dejaba ver como sus senos se movían a medida que respiraba, subiendo y bajando una y otra vez. Giré mi cabeza alejando mi vista de su cuerpo, notaba como mis mejillas ardían. Realmente se estaba volviendo una adicción para mi sentir su cuerpo, casi una necesidad. Pero aún me seguía azotando ese miedo ¿y si le hacía daño? Todavía no me controlaba, la última vez tuve que hacer demasiados esfuerzos para no cometer una locura. Debía aguantarme las ganas de hacerla mía, no podía arriesgarme a dañarla.

-          Ahh…- gime al sentir sus labios en su cuello – A…Amor…
-          ¿Mmm? – mordiendo el lóbulo de su oreja - ¿Quieres algo?
-          Ashh…- se muerde el labio reprimiendo sus gemidos – A…amor…mmm…para…
-          ¿Por qué debería? – colando una mano por debajo de su camisa, acariciando su pecho - ¿Acaso no quieres? – le susurra al oído
-          Ahh…- gime al fin
-          ¡¡Te tengo!! – dándole un beso en los labios – Eso te pasa por molestarme – enseñándole la lengua
-          ¡¡Eres malvada!! – despejándose - ¡¡Eso no se hace amor!!
-          Jajajaja – aguantando su risa – Deberías haber visto tu cara
-          ¡¡Me las vas a pagar!! – haciéndole cosquillas
-          ¡¡Ji!! ¡¡Quieto!! – riendo sin parar - ¡¡Para!!
-          ¡¡No lo haré, este es tu castigo por ser mala conmigo!!
-          ¡¡Ahh Jiii, me duele la barriga!! – quejándose - ¡¡Para!!
-          Mmm…- pensativo – Esta bien – resignado – Pero solo por esta vez…
-          ¡¡Ahora me toca a mi!!


Realmente me divertía. Hacía mucho que no me sentía tan bien con alguien. Estuvimos haciéndonos cosquillas hasta que ambos acabamos con dolor de barriga, parándonos para tomar algo de aire y relajarnos. Después de eso Ji Yong se levantó y comenzó a curar mi tobillo, cubriéndolo de algunas vendas. Podía ver como su rostro estaba completamente sonrojado, no dejaba de desviar su mirada cuando se quedaba mirando fijamente mis piernas. Creo que tardo porque no dejaba de temblar, aún no llegaba comprender porque se ponía tan nervioso ¿Acaso……….me deseaba?

Después de un par de minutos, seguía sumida en mis pensamientos. Ni siquiera escuche la voz de Ji cuando comenzó a hablarme, solo sentí sus labios subiendo lentamente por mi piernas.


-          ¿Ji?

No hay comentarios:

Publicar un comentario