martes, 20 de diciembre de 2011

What is right? - Capítulo 12


-          ¡¡Liah!! – grita enojado
-          Ji Yong-shii…- asombrada

Sus lindos ojos se quedaron mirándome fijamente, podía ver como por su mejilla rodaba una pequeña lágrima. Debía correr a abrazarla, pero no podía. Estaba completamente enojado ¿Quién era ese tío? Cuando me asomé, él se estaba aprovechando de ella, solo jugaban, pero sus manos sujetaban su cintura y su mirada se veía deseosa de su cuerpo. Por mis ojos también se escaparon varias lágrimas, me sentía…¿engañado? Quería correr, había quedado como un auténtico estúpido al entrar de esa manera en su departamento, pero no podía huir, tenía que enfrentar la situación como fuera.

-          ¿Quién es él? – dijo el chico
-          Suelta a mi novia – cabreado
-          ¿Novia? – ríe - ¿No querrás decir ex-novia?
-          No, he dicho bien – aumentando el enojo – Es mi novia, así que suéltala - acercándose
-          ¿Este es tu ex–novio, verdad? ¿Aquel que te engañaba? – girándose para hablar con ella – No crees que eres un poco estúpido, como te atreves a venir a buscarla después de lo que le hiciste – mirándolo fijamente
-          Ese no es tu asunto – mirando como aún la tenía sujeta
-          Ya por favor, suéltame…- dice ella con voz apagada
-          No – serio – No lo haré – tirando de ella y besándola bruscamente
-          ¡¡Suéltala!! – empujándolo lejos de Liah – ¡¡No la vuelvas a tocar idiota!! – poniéndose delante de ella – Amor por favor, vete a tu habitación – intentando ser dulce
-          Pero Ji…
-          Por favor…- acariciando su mano – No pasará nada…
-          Esta bien – indecisa
-          ¿Le vas a hacer caso? – recomponiéndose – Eres igual de idiota que él

Mi sangre hervía. Como se atrevía a insultarla ¿Quién demonios era para hablarle así? Me había relajado al alejarlo de ella, pero cuando dijo semejante estupidez no pude contenerme. La rabia recorría todo mi cuerpo. Me daba miedo a mi mismo, nunca imagine que actuaría así. Cuando me di cuenta él estaba en el suelo con una marca en su mejilla.

-          ¡¡Eres un imbécil!! - levantándose del suelo
-          Aléjate de Liah – intentando calmarse
-          Quién debe alejarse eres tú – limpiando la sangre de su labio
-          No me pienso ir de su lado – desafiante
-          Pues sino te vas por tu propio pie, lo haré yo – golpeándole
-          ¡¡Ahh!! - grita
-          ¡¡Ji Yong!! – se escucha su voz quebrada - ¡¿Se puede saber que haces?! – acercándose a su novio
-          ¿Por qué lo defiendes? – enojado – ¡¡Recuerda lo que te hizo!! ¡¡Acaso lo olvidaste!!
-          ¡¡No!! – llorando – No lo olvidé, pero no tienes porque pegarle – ayudando a levantar a Ji
-          ¿Así que no debo pegarle? ¿Todavía lo amas verdad? – enojándose - ¡¡Responde!! – gritando
-          Sí – responde entre lágrimas – Lo sigo amando…- bajando su cabeza
-          Esta bien, tu lo has querido – tomándola del brazo y arrastrándola fuera del departamento
-          ¡¡Suéltame!! ¡¡Ji Yong!! – se escucha a lo lejos
-          ¡¡Liah!! – grita dolorido

Me levanté con dificultad del suelo. Mis brazos sangraban, había caído encima de la mesa de cristal, rompiéndola al caer encima de ella. Los seguía con paso lento. Podía ver como la llevaba sujeta del pelo, arrastrándola por el pasillo del edificio. Su lindo rostro estaba rojo de llorar, la estaba dañando. Me sentía realmente inútil, ni siquiera podía ayudarla. Sentía como mis fuerzas se agotaban, no me podía mantener en pie. Me apoyaba en la pared para intentar caminar pero mi cuerpo no aguantó mucho más y caí al suelo, perdiendo la conciencia y la noción del tiempo…

Unos sollozos hicieron que mis ojos se abrieran. Busqué con la mirada de donde venía aquel llanto, sabía de sobra que eran de ella, pero…¿Dónde estaba? Me levante de la cama perdiendo el equilibrio y cayendo de nuevo. Mi cuerpo estaba débil. Mis piernas no reaccionaban, mis brazos ardían y mi cabeza dolía.

-          Liah…- dijo muy bajo – Amor…- levantando un poco la voz – Dónde estas…- con dificultad

La puerta del baño se abrió, pero ella no salió. Su llanto se seguía escuchando, algo más apagado, pero podía notar como lloraba. Intenté de nuevo levantarme y conseguí llegar a donde estaba. Su cuerpo estaba apoyado contra la pared, sus manos sujetaban sus piernas y escondía su cabeza entre ellas.

-          Liah…- cayendo a su lado - ¿Amor que te pasa? – preocupándose – Amor mírame por favor…- acercándose a ella - ¿Amor me escuchas? – levantando su rostro – Liah…- quebrándose su corazón – Que te han hecho mi princesa…
-          Ji…- sollozando – Ji…- abrazándose a él
-          Amor…- llorando con ella – Tranquila, estoy aquí – besando su cabello – Estoy a tu lado…

Quería morir en ese momento. Su lindo rostro estaba arañado y sus brazos tenían heridas, al igual que sus piernas ¿Por qué no pude aguantar un poco más? ¡¡Era un completo inútil!! Sino fuera por mi culpa nada de estro hubiera pasado, sólo creo problemas…

Creo que al verla en ese estado mi fuerza volvió. Las heridas no dolían, sangraban, pero daba igual. La tomé en brazos y la lleve a la habitación, recostándola en la cama. Sin querer se había quedado dormida en mis brazos. Adoraba verla dormir, pero no podía dejar de mirar con rabia las marcas que tenían en todo su cuerpo ¿Qué era lo que le había hecho a mi princesa?


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