miércoles, 23 de noviembre de 2011

What is right? - Capítulo 2



- Ji Yong…- dijo muy bajo

Sus ojos no podían creer lo que venía. En el asiento trasero del coche estaba Ji Yong con una chica subida a sus caderas y estaban…estaban…Sus peores sueños se habían cumplido, nunca se imagino que llegaría a sentirse de esa manera, tan..¿utilizada?. ¿Acaso era el juguete de Ji Yong? ¿Era solo eso? Las palabras seguras de Dae al afirmar que mi novio me amaba se acaban de desmentir claramente, más yo no podía reaccionar, solo podía mirar la escena con tristeza y asco al mismo tiempo.

- ¡¡Hyung!! – grita cabreado Dae

El aludido se había percatado de nuestra presencia, bruscamente tiró a la chica a un lado y comenzó a abrocharse sus pantalones, pero para cuando intentó disculparse yo ya estaba lejos de allí.

Sus pies corrían y corrían. Las lágrimas nublaban una vez más sus ojos, a veces se preguntaba como era posible que aquellas minúsculas gotas no se hubieran secado ya. Mentira tras mentira su corazón se quebraba, pero intentaba sanarlo con cada gesto de cariño que él le mostraba. Ahora que lo había visto todo se sentía estúpida, tantos años creyendo falsas esperanzas, tantos años pensando que era la única en su vida, para que en una noche se enterará de que era solo un juguete más en la cama de Ji Yong.

Abrió rápidamente la puerta de su casa y entro. Encendió las luces y se dirigió entre llantos a su habitación. Tomo de su armario una gran maleta y la colocó en su cama, llenándola por completo de su ropa. Con cada prenda que quitaba de aquel mueble sentía que perdía algo, que con cada una de ellas se iba una parte de él. Sólo tomo lo necesario y cerró la maleta. A pesar de que hacía rato que estaba en la casa, nunca escuchó abrirse la puerta, y si era sincera, prefería que esa noche no fuera a dormir, porque no sabía como reaccionaría.

Entre sollozos se acosto en su cama de matrimonio, aquella que olía a Ji Yong y en la que tantas noches le entregaba su amor sincero y puro. El hecho de recordar el pasado la volvió aun más inquieta, provocando que los perritos que dulcemente dormían juntos en su camita se levantaran ante tanto alboroto. Levanto su vista una ves más, viendo con los dos cachorritos la miraban con cara de preocupación, provocándole una sonrisa, incluso sus mascotas le tenían más consideración que su propio novio. Se levanto un poco y se sentó, dejando que ambos perritos se acostaran en sus piernas.

- Siento haberos despertado – acariciando a las cachorros 

Y la verdad lo sentía, aunque lo que más sentía en ese momento era haber estado tan ciega como para no darse cuenta del engaño. Por más que luchaba en darle una explicación lógica para no dañarse aún más, no lo conseguía. Todas sus teorías habían desaparecido. En cierto modo ansiaba que llegara por esa puerta y la abrazara. Un abrazo. Eso era lo que necesitaba, que le dijera al oído que todo estaría bien, una frase que calmara su pobre corazón. Pero las esperanzas se las llevo un suspiro que salió de sus labios, dejando que sus ojos se cerraran lentamente, permitiendo que Morfeo la meciera entre sus brazos y que por un momento, le hiciera olvidar lo sucedido.



Abrió sus ojos con dificultad y limpió con sus manos las lágrimas secas que se amontonaban en sus mejillas. La luz quemaba sus ojos, provocando un quejido por su parte cuando dio directamente en ellos. Ladeo su cabeza buscando a alguien a su lado, pero solo halló el cuerpo de Gaho y de Dara durmiendo tranquilamente. Ojala su noviazgo fuera tan fácil como el que mantenían sus cachorritos. Se sorprendía a si misma, para ser unos simples animales sentían muy bien lo que era el amor. Cuando Ji Yong y ella comenzaron a vivir juntos decidieron unir a sus mascotas, ya que por suerte eran de la misma raza y además, ambos pensaban que necesitaban pareja. Desde el primer momento jugaban juntos, incluso Gaho se enojaba cuando Ji Yong molestaba a Dara.

Soltó el cojín que apretaba fuertemente contra su pecho y se levanto, dirigiéndose al baño para lavarse su cara. Se asusto a si misma cuando vio su rostro reflejado en el espejo, estaba rojo y sus ojos estaban hinchados de tanto llorar, incluso le dolían sus labios, probablemente se mordió durmiendo. Era muy típico en ella morderse los labios cuando estaba enojada o intentaba reprimir algún deseo.

Caminó por su habitación y abrió la puerta lentamente. Al lado de ella estaba Ji Yong. Su cuerpo estaba recostado en la pared y permanecía con la cabeza gacha, probablemente estaría dormido. Por un segundo le dieron ganas de tomarlo de las manos y llevarlo a su cama para que descansara, pero su pobre corazón le pedía que no lo perdonara tan fácilmente. Siguió su camino y se dirigió sin hacer ruido a la cocina. Pero para colmo Gaho y Dara se habían despertado al no ver a su ama al lado, haciendo que con el ruido de sus pisaditas Ji Yong se despertara.

- Amor…- dijo muy bajo

Ni siquiera deseaba contestarle. Hizo caso omiso a sus palabras y siguió untando de chocolate aquella rebanada de pan que sostenía en sus manos. Sabía lo que pasaría, como si de deja vú se tratara. Él le pediría perdón, se arrodillaría, le suplicaría; ella se enojaría y le gritaría, pero al cabo de un rato lo perdonaría al ver que él estaba destrozado por lo que había echo. Pero esta vez era distinto, muy distinto a las demás veces.

- Amor déjame explicarte – se acerca y se abraza a su cintura – Lo siento amor, yo…yo…No debí haber hecho eso – escondiendo su cabeza en el cuello de la chica – Soy un mal novio, no debía haberlo hecho pero estaba bebido, no sabía lo que hacía – suspira – Amor yo solo te amo a ti, únicamente a ti
- …. – no responde
- Te..te prometo que cambiaré – le dice al oído
- …. – sigue sin responder, pero clava el cuchillo que sostenía contra la encimera - ¡¿Qué vas a cambiar Ji Yong?!
- Si amor…- asustado por su enojo – Te juro que cambiare, no lo har…- no lo dejan terminar
- Ji Yong estoy harta de esto, harta – llorando – No más promesas ni más mentiras 
- Pero amor esta vez es la definitiva, te lo aseguro 
- Ji Yong calla por favor, no me mientas más - girándose para ver su cara
- No te miento - tomando su mano entre las suyas - Créeme mi ratoncita – juntando sus mejillas

Hacía años que no escuchaba salir de sus labios ese mote cariñoso. Comenzó a llamarla así cuando solo llevaban dos meses de noviazgo. Ella lo molestaba llamándolo ratoncito, ya que en una de sus actuaciones con Big Bang salió al escenario con ese disfraz. Al principio se enojo, y era raro en él, ya que siempre sonreía a pesar de que hubiera tormenta; pero con el paso del tiempo se acostumbró a él, incluso a ella le puso el mismo mote, sólo llamándola así cuando podían estar a solas juntos sin que nadie los molestara, dándose amor el uno al otro como si no hubiera mañana.

Su corazón se paro. Por un momento vinieron a su mente tantos recuerdos que hicieron que sus lindos ojos se nublaran de nuevo por las lágrimas. Un irremediable sollozo salió de sus labios, siendo contenido rápidamente por su novio.

- No llores por favor – abrazándola fuertemente contra él – No me gusta verte así amor – besando su cabello
- Ji…Ji…
- Shh amor – cogiéndola en brazos y llevándola a la habitación, acostándola en la cama – Por favor cálmate – rodeando con una de sus manos su cadera y con la otra acariciando su rostro – Mi chica se ve muy fea con esos ojitos llorosos – dice infantilmente 
- Ji…ji…- sin poder hablar
- Shh…no hables amor – abrazándose a su cuerpo – Tranquila, todo estará bien

Y por fin esa frase que tanto ansiaba llegó a sus oídos. Todo estaría bien, ¿verdad?




No hay comentarios:

Publicar un comentario